«Cuidar de uno mismo es un acto de altruismo que beneficia a toda la sociedad»

Cuidarse para envejecer mejor. Esa es la cuestión. Y no es baladí, no es algo que remita al espectro de lo individual, sino que tiene mucho de colectivo, casi de obligación social. José Viña, catedrático de Fisiología de la Universidad de Valencia y gran divulgador científico, no duda ni un segundo: «Cuidarse uno es ser altruista, parece que es ser egoísta, pero no, si te cuidas no te van a tener que cuidar otros y eso es un beneficio para nosotros y para la sociedad», dijo en el marco de las jornadas sobre biomedicina organizadas por AsturiasInnova+. La primera de las charlas se pudo ver en la tarde de ayer a través de la web de este periódico. Viña, junto al investigador del CSIC en Asturias Mario Fernández Fraga, experto en epigenética del cáncer y nanomedicina, desgranó bajo la batuta de José María Urbano las claves que marcan el envejecimiento y cómo ralentizarlo.

Todo influye en cómo envejecemos, todo se va imprimiendo en nuestros genes desde el momento mismo de la gestación, aún antes de nacer, como explicó Fernández Fraga. Luego el compromiso de cuidarse ha de estar presente toda la vida, aunque los expertos entienden que es a partir de los cuarenta años cuando conviene echar el resto. «Podemos tener una sociedad auténticamente feliz si nos cuidamos», dijo Viña, y detalló los aspectos claves para lograrlo. Se presuponen el carpetazo al alcohol excesivo y las drogas y se incluyen cuatro puntos: la dieta, el ejercicio físico, el control del estrés y los suplementos alimenticios.

Mario Fernández Fraga aprobó todo lo dicho por su colega e incidió en la importancia de esos comportamientos para prevenir enfermedades asociadas al envejecimiento y para las que la investigación aún no ha dado con una cura, como el alzhéimer o el párkinson. «En la prevención de estas enfermedades, que tendría que ver con los estilos de vida, sí hay margen para progresar en el futuro, pero saber cuándo se van a poder curar es una cuestión diferente, que tendría que ver con la medicina regenerativa; no descarto que se puedan abrir puertas en este sentido, pero estamos lejísimos de poder predecirlo», afirmó.

En todo caso, para dar con las claves para poner coto a las enfermedades está la ciencia. Y ahí la unanimidad es total: cuanto más dinero se destine a la investigación, muchísimo mejor; el progreso depende de los recursos destinados. Y también de la creatividad científica, por supuesto, que «puede aparecer en terrenos baldíos, pero es mejor que haya un terreno cultivado», según José Viña. Mario Fernández Fraga ratifica con contundencia: «Si no pones los medios para que la creatividad se desarrolle las posibilidades de avance son menores».

No podía faltar la omnipresente covid y las perspectivas de futuro de estos dos científicos ante la vacuna. Reina el optimismo, pero a medio plazo. De modo que lo que nos recetan a todos es sencillo, barato y muy eficaz: «Sentido común». Ahora toca tirar de la tecnología más básica, la de la mascarilla, la distancia y el lavado de manos, y esperar que la alta tecnología traiga pronto una vacuna efectiva y segura.