Europa calcula que la renovación de edificios para ser sostenibles generará 160.000 empleos
La Comisión Europea dispuso de 85 millones de euros el año pasado para una transformación energética que llegará a 35 millones de inmuebles
La ONU daba a conocer esta misma semana el informe de un centenar de científicos expertos en el cambio climático. «Las conclusiones son demoledoras», decía ... José María Urbano, director de AsturiasInnova+. Lo son, añadía, porque «entre 3.000 y 3.600 millones de personas ya están sufriendo dramáticamente sus consecuencias». Pese a todo, al final hay un mensaje de cierta esperanza: aún estamos a tiempo de detener el calentamiento global. Un asunto que no solo depende de la industria, sino también de los territorios, volcándose en el urbanismo que requiere la nueva era.
Publicidad
Para hablar de ello, AsturiasInnova+, en colaboración con la Alianza de Fundaciones para el Desarrollo de Territorios que preside Teresa Estrada, organizó una jornada en el Centro Niemeyer: 'Nueva Bauhaus europea: la inteligencia del territorio en sus dimensiones arquitectónica y cultural'. Guiada por su coordinadora, Cristina Tuero e inaugurada por la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, el encuentro contó con la presencia del eurodiputado socialista, arquitecto y doctor por la Universidad de Cartagena Marcos Ros, quien subrayó que la Nueva Bauhaus es «una llamada a cambiar nuestra manera de pensar y actuar para encaminarnos hacia un nuevo modelo productivo que permita ser más sostenibles y lograr la neutralidad climática en 2050».
Con ese objetivo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya ha aludido a «la oleada de renovación» del parque inmobiliario de los estados miembros, que datan de los años 50, 60, 70 y 80 del siglo pasado. Toda una transformación energética que llegará a más de 35 millones de edificios. La estimación es que la inversión que se precisa puede llegar a generar 160.000 empleos nuevos 'verdes'. En España, apuntó Ros, el cálculo del Colegio de Arquitectos es mayor: de 200.000 puestos.
Ahora bien, la propia Von der Leyen ha apuntado que este empuje debe ir más allá. «Sería una pena que se quedase solo en cambiar aires acondicionados, calderas de gas por otras que contaminen menos o llenar nuestras azoteas de paneles solares», añadió Ros. «Lo que viene a decir este cambio de paradigma es que aprovechemos esta renovación para adaptar los edificios a los requerimientos de los usuarios, a lo que necesitan y mejoremos la calidad de vida, porque nuestras formas de vivir también han cambiado».
Publicidad
Funcionalidad e inclusión
Sostenibilidad, estética (entendida como esa respuesta a las necesidades de quienes los habitan) e inclusión (localizar las áreas donde más hace falta para no dejar a nadie atrás) son los tres pilares de la Nueva Bauhaus. «Reconectar con la naturaleza, recuperar el sentido de pertenencia al entorno, dar prioridad a quienes más lo necesitan y repensar el ciclo de vida del ecosistema», sus prioridades.
Ahora bien, la Nueva Bauhaus es «una iniciativa extraña» si se tienen en cuenta los procedimientos que sigue la Unión Europea. «Porque lo primero que se suele hacer es poner en marcha una directiva, desarrollarla y lanzar una convocatoria». En este caso es «al revés, muy al gusto de los arquitectos de aprender haciendo, impulsando procesos participativos».
Publicidad
En 2021 se redactó la comunicación oficial, el primer documento por escrito con las intenciones, y se comenzó a negociar con el resto de instituciones europeas.
«Sin directiva, sin marco financiero, ni presupuesto y sin programa propio, la Comisión empezó a financiar con pequeñas actuaciones esas semillas, con convocatorias de diferentes programas y aplicando 85 millones de euros, lo que demuestra que la Nueva Bahaus tiene fuerza».
Precisamente Ros fue ponente del informe de posición del Parlamento europeo sobre la Nueva Bauhaus, que recibió el 75% de los apoyos. No está exento, eso sí, de peticiones, como que tenga un presupuesto estable, un programa propio y «criterios claros», tal y como reclamó otro de los ponentes en la jornada, Silvino Urízar, subdirector general y director de Riesgos de Caja Rural de Asturias.
Publicidad
La Comisión ya ha hecho una guía que sirve para saber qué proyectos están enmarcados en la Nueva Bauhaus. A partir de ahora redactará otras más específicas. Que haya un etiquetado que dé ventajas a las administraciones para optar a fondos y que permita a los particulares vender mejor sus productos es otra de las demandas.
El peso de las ciudades medias
Alfonso Vegara, fundador de la Fundación Metrópoli (centrada en la investigación para promover el valor estratégico y las oportunidades de futuro de las ciudades) ofreció su experiencia en los 25 años de trayectoria de la entidad y siempre con un mensaje claro: la importancia de que las ciudades tengan un proyecto de hacia dónde van. «Si no, es muy difícil tener magnetismo para atraer inversiones y talento». Otra de las ideas que recalcó es el peso que van a tener las ciudades de tamaño medio en los próximos veinte años, al pasar de representar el 11% al 37% de la economía mundial. Es, dijo, una «buena noticia», pero con una debilidad: «Les falta masa crítica para tener buenas conexiones, ofertas universitarias, oportunidades de empleo para jóvenes... Y en la batalla por la retención del talento el único modo de sobrevivir es colaborar y crear estructuras policéntricas de territorio».
Publicidad
La fórmula ya se ha aplicado en el País Vasco, con la 'Y', la conexión ferroviaria de altas prestaciones entre las tres ciudades, y Vegara cree que «ese policentrismo es perfectamente válido en el área central de Asturias, con localidades con puerto, aeropuerto y ubicadas en el interior que se complementan muy bien».
Repasó muchas intervenciones en el diseño de territorio: en los barrios de Bilbao para hacer «una ciudad más equilibrada»; en Cartagena de Indias, en Singapur, en Bintan para ser una ecoisla... Y en Madrid, donde en alianza con la comunidad y con el Clúster de Soluciones Urbanas, investiga sus grandes oportunidades para 2040. Entre ellas, la posibilidad de hacer en la M-30 (de 32 kilómetros y en cuyo interior residen 900.000 personas) «el más sofisticado laboratorio de movilidad urbana», y convertirla en un «ecobulevard» tras identificar qué vías son las necesarias para el transporte de personas y comercio electrónico, y tomando como referencia experiencias ya aplicadas en Seúl o Boston, y la propia de Bilbao con los barrios para aproximar núcleos de población, 'las puertas de Madrid', a través de una conexión «más blanda» desde el punto de vista ambiental.
1 año por solo 16€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión