Críticas y resignación ante el IVA

La subida del IVA llegó ayer a los comercios, que se debatían entre repercutir el incremento en los precios o asumirlo en perjuicio de sus beneficios para no perder compradores. Los consumidores experimentaron un nuevo encarecimento del coste de la vida mientras sus salarios y pensiones permanecen estancados y aumenta el desempleo.

Algunos comercios han optado por asumir la subida del impuesto. En Centro Visión Óptica llevan desde el año 2007 conteniendo los precios y han reducido su plantilla de tres a dos trabajadores. Pese a las dificultades económicas, han decidido compartir los costes del incremento con sus clientes. «Sólo repercutiremos en el precio la mitad del ascenso», asegura Helena Álvarez, trabajadora del establecimiento. Otros negocios no pudieron permitirse tal estrategia y se han visto obligados a encarecer sus productos, conscientes de que esto podría suponer una disminución de las ventas. Héctor Gallego trabaja en la carnicería Suárez y recalca que la medida coincide con un bache de consumo. Incide en que desde hace tiempo la gente compra cada vez menos y destaca que cuando lo hace se decide por los productos más baratos. «La ternera ya casi no se vende, el que la comía ha bajado a cerdo, y el que comía cerdo a pollo». No ha tenido más remedio que subir los precios, pues confiesa que desde hace años trabaja con márgenes «muy ajustados».

El incremento del IVA llevó a muchos a adelantar sus gastos para esquivar la subida de impuestos. El día antes de que la medida entrase en vigor fueron muchos los que decidieron llenar el depósito. Adolfo García, desempleado, critica una nueva subida de los combustibles y confiesa que como medida de ahorro utiliza cada vez menos su coche para consumir menos. «Lo muevo por necesidad, si no lo tengo parado», destaca. Incluso se anticiparon compras de productos que continuarán sujetos al IVA superreducido. Algunos productos de material escolar pasaron del 4% al 21% y otros del 8% al 21%. Muchos trataron de hacerse con todo lo necesario para la 'vuelta al cole' antes de ayer. La expectativa de afrontar más gastos de los necesarios llevó a muchos adelantar el encargo y la recogida de libros de texto pese a que su precio «no se verá afectado por la subida», recuerda Rafael Gutiérrez de la librería La Buena Letra.

El comprador medio mostró una preocupación creciente al comprobar que los precios suben, mientras salarios y pensiones se mantienen y muchos pierden su trabajo. «De mi bolso se irán 60 euros más todos los meses», destaca Marina Rodríguez quien denuncia haber perdido poder adquisitivo: «La pensión cada vez me da para menos».

Tanto comerciantes como compradores apuntan que el aumento de los impuestos sobre el consumo no servirá para que el Gobierno aumente la recaudación, puesto que los ciudadanos se va a inclinar por reducir el gasto. «Va a haber que renunciar a algunas cosas y establecer prioridades», afirma Gloria Sagasti, quien trabaja como cuentacuentos.