«Estábamos muy ebrios. Jhon Jairo me atacó con el cuchillo de la parrilla, forcejeamos y se lo clavó»
La juez envía a los dos colombianos detenidos a prisión por el crimen de Granda, a pesar de que Julio Adrián J. exculpa de todo a su hermano Cristian y le pide perdón
Todo ocurrió en la noche del 25 de marzo, un lunes. Los dos hermanos detenidos, Julio Adrián y Cristian J., estuvieron bebiendo grandes cantidades de alcohol con la víctima del crimen de Granda (Siero), Jhon Jairo Pérez Chavarro, en Colloto. Compraron numerosas latas de cerveza –más de veinte– en un supermercado y las consumieron. Luego quisieron seguir con su particular fiesta y se desplazaron a la vivienda de Julio, la de Granda. Según ha podido saber EL COMERCIO, el primero en testificar este viernes –en el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Siero–, Julio, dijo que hubo una discusión con el ahora fallecido: «Me intentó acuchillar, hubo un forcejeo y se le clavó el cuchillo». Aseguró que sólo se defendió. Dijo que no se acuerda de lo ocurrido posteriormente, que empezó a mover el arma por miedo a un nuevo ataque y que pudo pincharlo en más ocasiones. En la autopsia se determinó que la víctima recibió, al menos, diez cuchilladas.
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Relató que se dio cuenta de que Jhon Jairo había muerto y escondió el cuerpo en la finca de su vivienda, en una zona con casetas, y regresó al interior de la casa. Estuvo unas horas hasta que le bajó la borrachera, pensando qué hacer; estaba muy agobiado porque si se llega a conocer esta muerte violenta en Colombia los hijos de la víctima podrían vengarse de él matando a su madre y a más familiares. «Por eso decidí enterrarlo», dijo ante la juez. Testificó que ocultó este suceso a todos sus allegados, incluso a su hermano. «Quería proteger a mi familia en Colombia».
Mantuvo en la sala que su hermano no estaba en ese momento, por lo que no participó en la violenta muerte. «Le pido perdón a Cristian y a mi familia por ocultarles la verdad, pero sentía terror de que podía pasar en Colombia, porque la vida de mis familiares corre mucho peligro. Sólo quiero que los protejan. Allí puede correr la sangre». Después, entró a declarar Cristian. Este dijo que llevaba viviendo en España desde hace trece años, siempre trabajando y que nunca tuvo problemas con la justicia. ¿Su culpa? Haber estado esa noche en el lugar del crimen. Pidió que registrasen la posición de su teléfono para corroborar que él no estaba allí en el momento de la muerte de Jhon Jairo. «No participé en nada y mi hermano me lo ocultó todo», declaró.
¿Hubo rencillas previas en Colombia? Los acusados mantienen que la víctima llegó a España y que, gracias a ellos, encontró empleo en la empresa de limpieza en la que trabajaban. Julio lo empadronó en su casa y que eran frecuentes las fiestas entre ellos. «No había problemas entre nosotros». El conflicto era entre los familiares que están en su país.
Volviendo a la declaración de Julio J., antes de que se desencadenara el trágico suceso, Cristian se marchó de la casa. Fue la víctima quien le propuso a Julio irse a un prostíbulo, lo que le pareció mal al acusado porque lo consideró una falta de respeto a su tía –que era la mujer de Jhon– y a su pareja: «Yo no quiero ir de putas», le contestó al familiar político. Julio se ofreció a llevarlo a su casa. Fue entonces, ya en el exterior, cuando empezó una discusión porque la víctima le faltó el respeto a la tía y a la madre. Dijo que las insultó. Ya cerca de la parrilla –el lugar del crimen–, cuando se dirigían al coche, el detenido aseguró que fue John quien se dio la vuelta y lo amenazó de muerte. «Cogió un cuchillo de la parrilla y me intentó pinchar haciéndome un corte en el brazo». De hecho, entregó un jersey con la rotura en una de las mangas. Tras estos testimonios, la juez, de acuerdo con la Fiscalía del Principado, dictó auto de prisión, provisional, comunicada y sin fianza para los dos hermanos detenidos por la muerte violenta de Jhon Jairo, cuyo cadáver apareció esta semana enterrado en el jardín. En principio, se les atribuye un delito de homicidio sin perjuicio de que dicha calificación pudiese modificarse a lo largo de la instrucción. Los investigados fueron trasladados al Centro Penitenciario de Asturias. La juez les atribuye, de momento, la misma responsabilidad en la autoría del crimen, aunque esta circunstancia podría cambiar en el futuro. Se mantiene el secreto de sumario.
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Los dos acusados llegaron por separado a las dependencias judiciales sierenses y estuvieron acompañados del reputado abogado penalista José Manuel Fernández González. La Jefatura Superior de la Policía Nacional de Asturias informó de que se procedió a la detención de ambos sospechosos durante la tarde del pasado martes, día 7 tras una investigación de la brigada judicial de Siero en colaboración con la de Oviedo.
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