Jhon Jairo Pérez murió acuchillado durante una fiesta en la finca de Siero en la que lo enterraron

Jhon Jairo Pérez Chavarro llegó a Asturias el pasado mes de julio procedente de Colombia, donde dejó una hija de apenas unos meses. Se estableció en Colloto, empezó a trabajar en una empresa de limpieza y a mediados de marzo se le perdió la pista. Sus parientes denunciaron su desaparición en la Comisaría el día 25 de ese mes. Aseguraban que se había esfumado sin dejar ni rastro, pero lo cierto es que lo habían hecho desaparecer. Fue ya en esos primeros momentos cuando la Policía Nacional empezó a sospechar que el relato de lo ocurrido no se ajustaba a lo que relataban en la denuncia. Y así se constató el miércoles, cuando después de arduas investigaciones, y con la ayuda de avanzada tecnología procedente de la Comisaría General de Madrid, localizaron su cadáver enterrado en una finca de Granda, en Siero.

Fue allí donde a la víctima, de 52 años, la mataron de varias cuchilladas en el transcurso de una fiesta en la que se reunieron varios familiares. Con alguno de ellos, Jhon Jairo arrastraba rencillas anteriores. Hay por el momento dos detenidos: un hombre al que se le considera autor material del crimen y su propio hermano, a quien la investigación sitúa como cooperador necesario en el ocultamiento del cadáver. No se descarta que se produzcan nuevos arrestos de otros parientes, como encubridores.

Los dos arrestados permanecieron separados en distintas comisarías para evitar que se comuniquen entre ellos. Está previsto que hoy pasen a disposición del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Siero. El miércoles, al menos uno de los dos arrestados, el considerado por la Policía Nacional como el autor material, asistió al registro de la vivienda donde se produjo el suceso, acompañado de un abogado.

La Brigada de la Policía Científica, acompañada de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Jefatura Superior de Policía de Asturias y de efectivos del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (Goit) de la Comisaría General, peinó palmo a palmo la vivienda en la que vivía de alquiler el arrestado junto a su familia y también el terreno de la misma finca, donde finalmente, tras varias catas, fue localizado el cadáver de Jhon Jairo Pérez. Pese a su avanzado estado de descomposición, pudo ser identificado en el mismo lugar gracias a un tatuaje que llevaba en un brazo con el nombre de 'Stephanía'. La autopsia a la que fue sometido ayer en el Instituto de Medicina Legal determinó que recibió al menos diez cuchilladas, en el tórax, el cuello y la zona lumbar, lo que le causó la muerte prácticamente en el acto. El deceso se podría haber producido hace un mes y medio, se cree que coincidiendo con la fiesta que se celebró en la finca y que acabaría en tragedia. Los vecinos de Granda se encuentran conmocionados por el violento episodio que ha hecho saltar por los aires la tranquilidad de la zona, donde los residentes de toda la vida «no recuerdan algo así».

Los detenidos vivían de alquiler en la casa y sus vecinos aseguran que «nunca dieron problema alguno, eran gente normal, trabajadora, nunca vimos nada raro». Sí que los últimos días notaron «mucho movimiento de Policía, algo muy extraño por aquí».

La ardua investigación se prolongó durante semanas y en ella participaron numerosos efectivos de la Brigada de Policía Judicial, con apoyo de otras unidades, entre ellas, el Goit, con tecnología y técnicas punteras que, entre otras muchas intervenciones, localizaron los restos mortales de los niños Ruth y José en una finca en Córdoba.

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