En libertad provisional uno de los detenidos por el homicidio de un colombiano en Siero

La titular del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Siero decretó, este viernes por la mañana, libertad provisional para uno de los dos detenidos el pasado mayo por la muerte de un compatriota colombiano, cuyo cuerpo fue encontrado enterrado en una finca en Granda. Según ha podido saber EL COMERCIO, Cristian J., salió de prisión tras tener en consideración la citada sala el informe forense definitivo, que acredita que sólo hubo un arma –un cuchillo–, por lo que no puede haber dos autores materiales de la muerte de Jhon Jairo Pérez Chavarro. Tampoco se han encontrado restos de ADN ni huellas de Cristian J. en el escenario del crimen, y no se ha podido acreditar con certeza el día ni la hora de la muerte de la víctima.

No obstante, Cristian J. tiene que personarse en los juzgados cada quince días y se le ha retirado el pasaporte para evitar el riesgo de fuga a su país de origen. El decreto de libertad provisional se dictó sin perjuicio de que se le pueda acusar en el futuro de algún cargo en base a las diligencias que todavía instruye el mencionado juzgado por este caso.

Quien permanece en la cárcel es su hermano, Julio Adrián; cuando ambos pasaron a disposición judicial, el pasado 10 de mayo, aseguró ante la juez que su hermano no estaba en el momento en el que se produjo el crimen, por lo que no participó en la violenta muerte, que alegó fue en defensa propia. «Le pido perdón a Cristian y a mi familia por ocultarles la verdad, pero sentía terror de que podía pasar en Colombia, porque la vida de mis familiares corre mucho peligro. Sólo quiero que los protejan. Allí puede correr la sangre», manifestó entonces. Cristian, por su parte, dijo en la sala que llevaba viviendo en España desde hace trece años, siempre trabajando y que nunca tuvo problemas con la justicia. Su único error fue haber estado esa noche en el lugar del crimen. Pidió que registrasen la posición de su teléfono para corroborar que él no estaba allí en el momento de la muerte de Jhon Jairo. «No participé en nada y mi hermano me lo ocultó todo», declaró asistido por el abogado penalista José Manuel Fernández González.

¿Qué sucedió en marzo? La investigación, llevada a cabo por la Brigada de la Policía Judicial, del cuerpo nacional de Siero, determinó que la muerte violenta de Jhon Jairo se produjo en la noche del día 25 de ese mes.

Los dos hermanos estuvieron bebiendo grandes cantidades de alcohol con la víctima en Colloto. Compraron numerosas latas de cerveza –más de veinte– en un supermercado y las consumieron. Luego quisieron seguir con su particular fiesta y se desplazaron a la vivienda de Julio, en Granda, donde fue encontrado el cuerpo enterrado. Julio relató en mayo que hubo una discusión con el fallecido: «Me intentó acuchillar, hubo un forcejeo y se le clavó el cuchillo». Aseguró que sólo se defendió y que no se acordaba de lo ocurrido posteriormente; que empezó a mover el arma por miedo a un nuevo ataque y que pudo pincharlo en más ocasiones. En la autopsia se determinó que la víctima recibió, al menos, diez cuchilladas.

Julio siguió contando que se dio cuenta de que Jhon Jairo había muerto y escondió el cuerpo en la finca de su vivienda, en una zona con casetas, y regresó al interior de la casa. Estuvo unas horas hasta que le bajó la borrachera, pensando qué hacer; estaba muy agobiado porque si se llegaba a conocer esta muerte violenta en Colombia los hijos de la víctima podrían vengarse de él matando a su madre y a más familiares. «Por eso decidí enterrarlo», dijo ante la juez. Testificó que ocultó este suceso a todos sus allegados, incluso a su hermano. «Quería proteger a mi familia en Colombia».

Los detenidos, también mayo, negaron que hubiera problemas previos entre las familias en Colombia, tal y como aseguró siempre la Policía Nacional, centrando estas rencillas como móvil del crimen.

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