El súper centro logístico de Amazon en Siero roza los mil trabajadores en poco más de dos meses de actividad

No obstante, Amazon mantiene la previsión inicial de llegar a esos 1.500 empleados en tres años por precaución. ¿Es este un calendario fijo? Los responsables de la multinacional señalan que no; de hecho, la plantilla podría superar esa cifra. «Estas instalaciones tienen capacidad para muchos más trabajadores». Todo depende del volumen de negocio de la compañía.

La actividad organizada del personal es ya la protagonista del centro logístico de Siero. Desde la empresa se destaca que el 42% de los empleados en este centro de Bobes son mujeres, un porcentaje similar al de otras instalaciones de operaciones en España. Más del 50% de la plantilla es asturiana y la media de edad se sitúa en los 36 años.

Los empleados de Amazon en este centro cuentan con salarios y beneficios «competitivos», aseguran desde la compañía. Así, en puestos de operaciones se perciben inicialmente más de 1.700 euros al mes –un 33% por encima del salario mínimo, detallan–, con «oportunidades para crecer y desarrollar sus carreras profesionales con nosotros».

Fue el pasado 2 de septiembre cuando comenzaron a funcionar en estas instalaciones asturianas y, desde entonces, se ha dedicado principalmente a llenar sus almacenes con millones de productos para afrontar dos de las campañas de venta más importantes de la empresa: el Black Friday –del 21 de noviembre al 2 de diciembre– y la Navidad. «De este centro salen semanalmente cientos de miles de paquetes», indicó Aroa Huerta, responsable de operaciones de salida.Huerta fue quien este miércoles explicó el recorrido de un paquete, desde que está en el almacén hasta que se envía a reparto. Después de pasar por el área de recepción –donde los productos son debidamente inventariados–, estos llegan a alguna de las tres plantas superiores, donde se encuentran las estanterías móviles, completamente robotizadas. «Desde que se hace click en el botón de compra, pasan sólo unos pocos minutos; el sistema determina la ubicación del producto dentro de la red de centros logísticos de la empresa y selecciona el más cercano al cliente para reducir la huella de carbono en el transporte». Si el producto está en Siero, comienza toda la maquinaria automatizada. Un robot, similar a un gran aspirador, desplaza la estantería hasta donde se encuentra el operario. ¿Cómo se sabe dónde está el artículo? Una luz ilumina la celda, el trabajador recoge el pedido, lo escanea y lo coloca en un cajón que, una vez lleno, llega a la planta baja, donde otros empleados se encargan de embalarlo –aunque no siempre, ya que se aprovecha la caja original cuando es posible para reducir el consumo de cartón–. Posteriormente, llega a la máquina de etiquetado. Ningún trabajador en la planta conoce quién ha realizado el pedido. Luego, el paquete sale en alguno de los camiones hacia los centros denominados de última milla –como el de Meres, también en Siero–, que serán los encargados de entregarlo al cliente.