«Australia es un país de primera»

Tadeo del Río (Gijón, 1989) lleva la creatividad en los genes (es hijo del añorado Javier del Río) y por eso del Liceo la Corolla pasó al bachillerato de artes en la Laboral y de ahí a la Escuela Arte de Oviedo, donde se formó como diseñador de interiores. Desde ahí surgió su primera experiencia internacional, con 22 años, en Irlanda: «Fue el punto de inflexión en mi vida donde supe que mi futuro a corto plazo no estaría en España». Al año siguiente se fue de Erasmus a Milán, conoció la fotografía y se formó en el mundo audiovisual y, de vuelta a España y tras finalizar sus estudios, se mudó a Málaga para estudiar un máster en fotografía publicitaria. Encontró trabajo y dos años después vio que el futuro estaba lejos. Se fue a Australia con un doble fin: «Reforzar el inglés y continuar alimentando mi portfolio con fotografías de estos increíbles paisajes y animales».

No fue casual la elección. Ya conocía Indonesia, Malasia o China y quería estar cerca. Sabe que allí la vida es barata y una de sus metas «es afincarme en un paraíso como Bali o Camboya y trabajar vendiendo mis fotografías en páginas web». Pero, de momento, está en Australia, «un país de primera, todo funciona muy bien, la educación, la economía, el día a día es muy fácil y con poco que trabajes ya cubres los gastos e incluso puedes ahorrar». Se adaptó en pocas semanas y, como «la mayoría de la población son inmigrantes», enseguida se sintió «acogido». «Si tuviera que decir lo que más me gusta de Australia serían sus paisajes y su fauna animal, es un país en auge y crecimiento, la mayoría de su territorio es salvaje y eso para mí como fotógrafo es un paraíso».

Pero no se ve allí para siempre. Le falta algo fundamental: «No tiene raíces y para mí como español habiendo vivido en países como Italia y la ciudad de Málaga que derrochan historia y un pasado supervigente, Australia me parece un país insulso». La historia trazada por los británicos se le queda corta. Le interesa el mundo aborigen, pero no es fácil conocerlo.

Y eso que tiene un ansia inmensa por conocer. Por eso, a su llegada el país, en febrero, se compró una autocaravana para poder moverse con libertad y conocer la provincia de Queensland en la costa este. El plan es seguir viajando y llegar hasta al oeste para «literalmente darme la vuelta al continente, fotografiando todo por el camino y viviendo en la caravana»

«Australia es un país salvaje, donde puedes nadar con tiburones, con ballenas, hay pájaros de dos metros que parecen sacados de Jurassic Park, arañas que no te caben en la mano, un montón de insectos de aspecto inofensivo que podrían matarte en cinco minutos, aguas cristalinas, una barrera de coral kilométrica, desiertos inmensos y te permite poder contemplar todas las constelaciones en una noche despejada», resume.

Y en lo que a la covid se refiere, lo ha hecho mejor que España. «Ver como cada vez se hacen peor las cosas en mi país es ridículo, sobre todo viviendo aquí y viendo que todo funciona, que se han tomado las medidas adecuadas y cada vez hay menos casos». El plan de futuro es quedarse mientras siga la pandemia, visitar a la familia en Gijón cuando se abran las fronteras y seguir su periplo por el mundo cámara en mano.