¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO
Gran macho de pinta negra, criado especialmente para la participación en concursos morfológicos de esta raza autóctona.

La pita pinta reconquista la casería

Han comenzado a criar capones dirigidos al mercado de carne y serán presentados en la I Feria del Capón, en Colunga

MARCO MENÉNDEZ

Domingo, 21 de septiembre 2014, 01:35

En Asturias hay un grupo de personas empeñadas en recuperar una de sus especies domésticas más emblemáticas: la pita pinta, un animal que prácticamente había desaparecido de las caserías de la región en la década de 1960 debido a la potenciación de la producción de pollos industriales. Entre 1980 y 1990, el veterinario y biólogo Rafael Eguiño comenzó a trabajar con algunos ejemplares que había localizado en los pueblos altos de la zona de Cangas de Onís, surgiendo así el embrión de lo que hoy es la Asociación de Criadores de Pita Pinta Asturiana (ACPPA).

Publicidad

Arturo González es el presidente de la asociación y un firme defensor de esta peculiar especie autóctona, no en vano en su finca de Castiello (Oviedo) tiene unos 40 ejemplares; hasta 300 en época de cría. Actualmente, en el Principado hay 62 gallineros controlados y unos 1.600 animales reproductores, un número muy bajo aún para dejar de considerarla una especie en peligro de extinción. En realidad, hay cuatro variedades: la pinta negra, la pinta roxa, la abedul (negra) y la blanca. Arturo González explica que «la pita pinta asturiana es muy apreciada en España y este año las dos primeras variedades han sido reconocidas por la Entente Europea, el estamento que marca las pautas de las razas autóctonas de cada país para los concursos».

ACPPA es la encargada de llevar el libro genealógico que certifica la pureza de la raza de la pita pinta y la secretaria técnica de la asociación, la veterinaria Carmen González Felgueroso, se ocupa de controlar dos veces al año los gallineros dados de alta en la entidad. Pero también hay asociados fuera de Asturias, cuyos gallineros, por razones obvias, son más difíciles de controlar.

Pero, ¿qué características tiene que cumplir una pita pinta asturiana?. Arturo González explica que «hay un estándar de la raza. La principal característica es el color; no hay otra igual. La pluma nace de un color y al final saca el positivo blanco». Esto es que una misma pluma tiene los dos colores, es decir, puede ser una pluma negra o parda, pero la punta siempre la tendrá blanca. Es una característica única de la pita pinta, pues otras gallinas similares tienen las plumas de diferentes colores, pero cada pluma es de un solo color, al contrario de lo que ocurre con la raza autóctona asturiana. Otras características pasan por «orejillas rojas, cresta pequeña y motas de color en patas, pico y alrededor de los ojos. No hay dos gallinas iguales», apunta el presidente de la asociación.

Los criadores de pita pinta se mueven mucho por los concursos y exposiciones españoles y europeos, con el objetivo de dar a conocer la raza. Ya han conseguido que sean apreciadas en Alemania, Francia, Bélgica e Italia, incluso con la creación de clubes de criadores de pita pinta. Es más, los productores asturianos han sido capaces de vender numerosos ejemplares en estos concursos internacionales y cada animal cuesta entre 20 y 25 euros para una gallina, y de 30 a 35 euros para un gallo. Pero esta raza autóctona también se está encontrando con un problema importante: «Es la consanguineidad. Hay criadores que se preocupan por tener una línea propia, pero otros, cuando un criador gana un concurso, se vuelcan en comprarle ejemplares, con lo que al final todos los pollos que nacen vienen de la misma rama. Cada criador tenemos que crear nuestra propia línea genética», explica Arturo González.

Publicidad

La carne

Pero no deja de ser una afición y prácticamente no existe una producción industrial de pita pinta a pesar de ser muy apreciados tanto sus huevos como su carne. Son animales de los llamados de tronco atlántico, mientras que los de tronco mediterráneo son aves más ligeras y sólo se dedican a la producción de huevos. «Criamos animales para exposición, pero a aquellos que tienen carencias tenemos que darles una salida. Salen muchos con defectos y hemos pensado en hacer capones y ver qué demanda tienen», indica el presidente de los criadores. Pero no resultarán baratos, pues para que un capón de pita pinta asturiana 'esté hecho' necesita entre ocho y diez meses de cría. Es un animal más tierno que el pitu normal, debido a su capa de grasa y a que es sedentario. ACPPA tiene previsto presentarlos en la I Feria del Capón, que se celebrará en Colunga el 6 y 7 de diciembre. «Ahora no hay mucha demanda de capones, pero quienes lo han probado dicen que es exquisito. Vamos a ver qué demanda tiene», indica González. Y es que un capón, que se cría en gallinero, puede llegar a pesar cuatro kilos, mientras que un pitu pintu criado para exposición y que está todo el día suelto es difícil que llegue a los tres.

Criar estos animales supone una inversión importante, aunque a los socios de la entidad no les importa, debido a que se trata de una afición. Por fortuna, cuentan con el apoyo de las administraciones y, por ejemplo, el libro genealógico está subvencionado por el Principado, que también ayuda con los gastos de desplazamiento cuando organizan concursos o exposiciones. Los socios de ACPPA se involucran mucho en todo este tipo de actividades; desde el Campeonato de Europa que se celebrará el año que viene en Francia, hasta la muestra de Agropec que tendrá lugar del 26 al 28 de septiembre en el recinto ferial Luis Adaro, de Gijón. Y es que para ellos no hay mayor satisfacción que ver crecer esta raza, pues «en casi todas las casas de campo ya ves una pita pinta».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad