«En Asturias hay más carreteras, pero la infraestructura industrial languidece»

«Ha estado genial» A los estudiantes de primer curso de grado de Comercio y Marketing de la Facultad Jovellanos la clase se les hizo corta. Acababan de escuchar al hombre más rico de la República Dominicana. Al asturiano propietario del Grupo Corripio, que aglutina a los principales medios de comunicación del país caribeño, a las franquicias más comerciales y, por supuesto, a la rama industrial con la que el fundador, Manuel Corripio, comenzó a amasar su fortuna. Lo hizo tras cruzar el charco desde Asturias a los 13 años sin más posesión que su pasaje de tercera clase. Es su hijo, José Luis Corripio (Villaviciosa, 1934), Pepín Corripio para el mundo, quien lleva hoy el mando de una nave familiar en la que sus 12.000 empleados son «socios no titulares». Vino Pepín Corripio, junto a su inseparable Ana María, a explicarles las claves de su éxito. Si alguno esperaba escuchar historias de vino y rosas se llevó un chasco.

Su conferencia se titula Cómo triunfar trabajando, pero nos venden que se triunfa sin esfuerzo.

A los estudiantes les digo lo que se van a encontrar en el mundo real.

¿Les ha asustado mucho?

(Risas) No les di muy buenas noticias. La sociedad ha descubierto un by-pass: hacerse rico sin trabajar, especulando. Les dije que si esperan que les cuente eso, se equivocan de interlocutor. A nosotros nos costó 97 años estar aquí. La clave está en seguir trabajando cuando se está cansado y levantarse cuando se tiene sueño.

Pese a tener dinero, su padre le obligó a trabajar. Dice que su primer aire acondicionado lo logró a los 28 años y porque usted los vendía.

(Risas) Usted me ha estudiado mucho. Es verdad. Solo el esfuerzo te hace valorar los resultados. Por eso las generaciones lejanas de la formación primaria del capital lo malgastan si no trabajan. En nuestra familia tenemos una norma de vida: nada de caprichos innecesarios.

Lo ha hecho con sus hijos. ¿Con sus nietos es más consentidor?

Ahora trabajamos tres generaciones al mismo tiempo. Allá no le damos cabida a los haraganes y vagos. Les he dicho a los alumnos que la coacción benéfica es clave para el progreso.

¿Qué es la coacción benéfica?

Si yo te coacciono a ti para sacar provecho de mi coacción, es un atropello. Pero si yo te coacciono para algo que te favorece a ti, eso es una coacción benéfica. Siempre pongo un ejemplo: el que tenga hijos y quiera ser democrático y no coaccionarlos que les diga a las seis de la mañana que se levanten, a ver qué le contestan. La coacción benéfica es levantarlo en contra de su voluntad, para que no sea un haragán y un analfabeto.

«Nunca pedimos prebendas»

Habla de honestidad, trabajo, esfuerzo... ¿Es compatible con ser el hombre más rico de la República Dominicana?

Bueno, nosotros nunca hemos tenido ni solicitado prebendas a ningún gobierno. La clave es tener la cuenta a cero con los políticos.

¿Y ninguno le ha pedido favores?

Nosotros complacemos a los políticos muchas veces, tanto del gobierno como de la oposición, pero sin pedirles nada a cambio. No hacemos campaña unilateral, como suelen hacer aquí en España algunos periódicos, que son de tal partido o de tal otro.

¿No le interesa la política?

No, ni queremos que los hijos se metan en eso.

¿No les deja?

No es que no les deje (interviene Ana María Alonso, su mujer), es que mejor que no lo hagan. Nosotros tenemos buena relación con el 100% de la población. El día que nos metamos en política, perdemos al 50%.

¿Tiene futuro la prensa? Dice que de sus periódicos, Listín, Hoy, Nacional y Día, el más rentable es éste, que es gratuito.

Creo que los periódicos van a durar siempre. El papel no va a desaparecer, pero van a incorporarse nuevas generaciones a la lectura no de papel. Yo, que soy una antigüedad (se ríe) leo los periódicos por internet, pero también en papel. Me gusta leerlo todo, hasta los anuncios.

¿Cómo se ve Asturias en la República Dominicana? ¿O no se ve?

Se ve entre la colonia, pero no entre el dominicano. No hay intercambio comercial importante.

Y usted, ¿cómo la ve?

Se hicieron muchas carreteras, autopistas, pero encuentro que la infraestructura industrial en Asturias está languideciendo, por usar un término suave.

¿No le ha interesado invertir en Asturias?

Si hubiera posibilidades, claro.

¿No las hay?

Bueno, durante la crisis estuvimos viendo la posibilidad de hacer inversiones en España, porque todo estaba muy barato. Ahora yo no sé. Tendríamos que ver la factibilidad de un negocio y, sobre todo, alguien que lo maneje, que pudiera estar aquí. Nosotros no podemos.

¿Todos los Corripio están allí?

Sí. Mi mujer es como esas gallinas que no dejan a sus pollitos (ella se ríe). Comemos juntos todos los domingos y estamos muy unidos. No podemos dejar ese conglomerado de casi treinta empresas y 12.000 empleados para atender algo en España. Tendríamos que tener un socio adecuado.

¿No hay ningún plan a la vista?

Para Asturias, no. Me han propuesto compra de bienes inmuebles, pero ese no es tanto nuestro interés como la parte industrial. Ahora en Santo Domingo estamos en proceso de adquirir tres negocios nuevos.

¿Puede desvelar cuáles?

Un molino de harina, una pasteurizadora de leche y una ampliación de una empresa de alambre eléctrico y tubería plástica. El lunes mantendré una reunión en Madrid con la cúpula empresarial. Me lo encargó el presidente y vendrá el ministro de Industria de allá.

¿Su país adoptivo sufrió la crisis?

Le voy a decir lo mismo que le contesté a George Bush, el expresidente. Estuvo de visita en República Dominicana invitado por uno de nuestros periódicos, el Listín. Durante el almuerzo me preguntó lo mismo y le contesté: Señor presidente, nosotros nos caímos de un piso dos y ustedes de un piso diez. La caída es distinta (carcajadas).

¿Qué le contestó?

Se rió. Ya nos hemos recuperado. De una caída pequeña es más fácil.

¿La apertura de relaciones entre Cuba y Estados Unidos dañará la economía dominicana?

Hay quien dice que generará más turismo en el Caribe, pero hay que ver... Ahora nosotros tenemos 70.000 camas y ellos solo 20.000.

Defiende usted que el salario mínimo debe ser más alto. ¿Es usted un empresario loco o es postureo?

(Risas) Esa frase me trajo problemas con otros empresarios, pero es la verdad. Es ir contra la lógica decir que el sueldo mínimo es suficiente. Si uno se pone en el lugar del empleado, con esa suma uno no vive fácilmente. El aumento del sueldo mínimo no perjudica al empresario, porque ese dinero rebota al consumo.

Habla usted como un sindicalista.

No, como un interesado. Rebota el consum. A nosotros no nos afecta, porque nosotros repartimos el 25% de los beneficios entre el personal. Sin ninguna obligación. Porque en lugar de tener un socio, que se quedaría ese 25% sin hacer nada, nosotros repartimos el beneficio entre los que producen el bizcocho. Yo les digo que los pedazos a repartir dependerán del bizcocho que hagan.

Ejem. ¿No le interesa invertir en la prensa asturiana?

(Carcajadas) Nosotros hemos convertido en accionista no titulares a 12.000 empleados.

¿Le han entregado hoy muchos currículos?

Alguno preguntó. Allí hay que irse con contrato. A la aventura no es recomendable.