Rachas de 99 kilómetros por hora causan destrozos en Asturias

Calor, fuerte viento y mal estado de la mar es lo que está dejando en el Principado los últimos coletazos de la borrasca 'Karine', que ya se encuentra situada sobre el Mediterráneo. La costa oriental de la región está en aviso rojo por olas que pueden alcanzar los siete metros. De momento, la boya del puerto de Gijón ha registrado una que llegó a los 6,1.

El litoral oriental también está en alerta naranja por ráfagas de viento que pueden llegar a los 110 kilómetros por hora, si bien de momento las máximas registradas lo fueron de 99 kilómetros por hora, en Taramundi; 97, en Cabo Peña, y 94, en Llanes.

Las altas temperaturas también son destacables este martes. Si ayer la constante fue el frío, hoy el viento de componente suroeste ha hecho que los termómetros alcancen los 22 grados en Mieres y ronden los 20 en Llanes, Colunga y Gijón.

La tragedia estuvo muy cerca de producirse esta mañana cuando se desprendieron unos cascotes en la plaza de Riego de Oviedo a causa del fuerte viento. Cayeron muy cerca de un hombre, según informaron los testigos y, por fortuna, no sufrió daños. Los hechos tuvieron lugar minutos antes de las once y cuarto de la mañana y de inmediato se desplazaron hasta el lugar de los hechos los Bomberos.

Fuentes de la Concejalía de Seguridad Ciudadana, liderada por José Ramón Prado, informaron que la intervención duró unos «veinte minutos» y en ella comprobaron que no hubiese más tejas que estuviese a punto de caer. Los agentes de la Policía Nacional también se desplazaron hasta la zona.

Minutos más tarde, los Bomberos recibieron otra llamada porque una capa del tejado de las piscinas de Otero se habían movido. La pieza era pequeña y la intervención duró varios minutos. Ahora ya se ha recuperado la normalidad.

El paso de la borrasca 'Karine' afecta a toda España. De hecho, salvo Madrid, Extremadura, Canarias y Ceuta, en todas las comunidades hay activos avisos por viento, oleaje o la nieve.

En cuanto a la situación en las carreteras a causa de la nieve registrada en las últimas horas, según la información del 112 Asturias, esta mañana son necesarias las cadenas para circular por siete puertos de montaña. Son Isidro, Leitariegos, Connio, Tarna, Cerredo, Somiedo y Ventana. Además, están cerrados a todo tipo de vehículos el acceso a los Lagos de Covadonga y el tramo Tuiza-Puerto de la Cubilla de la LN-8.

El viento ha derribado dos árboles en Castrillón, ambos de madrugada, uno en la subida a Coto Carcedo y otro en el céntrico parque de La Libertad en Piedras Blancas, que se están cortando para retirarlos, además de un poste del tendido eléctrico en Arnao, que ha obligado a cerrar el túnel, y nuevamente una de las velas del Museo de Anclas de Salinas.

En Avilés se ha cerrado por precaución el parque Ferrera, que permanecerá clausurado mientras esté activa la alerta, y se han producido algunos desprendimientos en fachadas en Versalles.

Un estruendo sobre las ocho y media de esta mañana asustó a los vecinos del entorno de la zona deportiva de Langreo Centro. Una gran parte de una de las fachadas laterales del polideportivo Juan Carlos Beiro se derrumbaba sobre el aparcamiento a causa del viento. No hubo que lamentar daños, salvo los propios de la fachada gracias a que los vehículos estacionados en la zona estaban alejados de la misma y no había personas en el lugar en el momento del derrumbe.

Operarios del complejo de titularidad del Principado retiraron del lugar las partes caídas de la fachada, y la policía local langreana acordonó la zona. El Ayuntamiento de Langreo lleva dos días comunicando a sus vecinos que se extremen las medidas de seguridad debido a los fuertes vientos.

En el Oriente, las fuertes rachas de viento han provocado incidentes en carreteras como la de El Fitu, donde un árbol ha cortado uno de los carriles a escasos metros del mirador. En la costa, el temporal deja olas encrespadas, pero lejos de la altura esperada por los visitantes que esta mañana se acercaban a los bufones de Pría. «Los bufones no saltan mucho, los tenemos vistos con olas de nueve metros y eso sí era impresionante. Hoy la mar está más bien rizada que de fondo», explicaron Marisa Amieva y Marisa Rodríguez, vecinas de Llanes. Las rachas de viento hicieron tanto difícil como peligroso permanecer en zonas de acantilado, como el área recreativa de Guadamía, en Ribadesella. En la playa de La Espasa, en Caravia, pocos fueron también los valientes que se adentraron en un arenal azotado por los vientos.