«El gusto musical del Papa no lo sé, pero sí que sabemos que canta bien»

Josep Solé es organista del Papa pero mucho antes de llegar a Roma fue profesor de música para niños, una faceta que estos días recupera en Soto del Barco dentro del Curso Nacional de Música de Verano. Tras unos meses de intensa actividad con el fallecimiento del Papa Francisco y la llegada de León XIV al pontificado, Solé vuelve al Bajo Nalón con «satisfacción» por recoger los frutos de su buen hacer el año pasado.

En esta edición cuenta con tres alumnos, dos nuevos y uno que repite frente al órgano, un instrumento que pese a ser aún un desconocido genera curiosidad. «Siempre salen florecitas en el asfalto», afirma Solé, en referencia a uno de sus alumnos más jóvenes, de 10 años.

El propio Solé también puede considerarse una de esas «florecitas», ya que de un día para otro tomó la decisión de irse a Roma a cursar el grado superior de órgano. Los suyo, según explica, fue «providencial», fruto de la mano de Dios. «Mi predecesor enfermó y me llamaron para sustituirle», recuerda, «me fui porque quería ser organista de iglesia, que es una especialidad que hay en Roma, pero nunca imaginé ser organista del Papa».

Solé ha vivido cuatro cambios en el papado. Primero fue Juan Pablo II, al que le siguió Benedicto XVI y posteriormente Francisco, aunque asegura que lejos de lo que pueda percibirse desde la Plaza de San Pedro, las ceremonias para elegir al nuevo pontífice se mantienen siempre impermutables al paso del tiempo.

Respecto al recién llegado León XIV, Solé explica que aún no ha podido acercarse a sus gustos musicales, aunque sí sabe que el pontífice es amante de la música. «Su gusto musical no lo sé, pero lo más empírico es que canta y que canta bien. Tengo la oportunidad de darle las notas para que cante y entone las plegarias. Desde ese punto de vista estamos contentos y a partir de aquí iremos viendo», afirma.

Ayer Josep Solé fue uno de los protagonistas en el concierto de profesores del curso que se desarrolló en la iglesia de Soto del Barco. Durante estos días seguirá impartiendo sus clases antes de volver a la basílica de San Pedro.

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