La borrasca 'Bella' provoca más de 1.900 incidencias en Asturias y complica las comunicaciones

Vientos que superan con mucho los cien kilómetros por hora, olas que alcanzan los once metros de altura e intensas nevadas que están causando importantes dificultades en la red viaria del Principado. Son las consecuencias del paso de la borrasca 'Bella' por Asturias, que desde el sábado ha provocado de 1.900 incidencias, la mayoría en las carreteras.

La mayor complicación estaba este lunes en el puerto de Pajares (N-630), que ha estado cerrado al tráfico de camiones durante buena parte de la mañana y a pesar de que a mediodía recuperaba el nivel verde, por la tarde ha vuelto a cerrar el tráfico a vehículos pesados y a situarse en nivel rojo.

No ha ocurrido lo mismo en otros 17 altos de la red secundaria. Según la última actualización del 112 Asturias, es necesario el uso de cadenas para circular por los puertos del Palo, Pozo de las Mujeres Muertas, la Marta, San Isidro, túnel de Rañadoiro, Leitariegos, Tarna, Collada, Cerredo, Campillo, Acebo, Tormaleo, San Ignacio, Cobertoria, Somiedo, San Lorenzo y Ventana.. El Connio está cerrado, al igual que el acceso a Los Lagos y el tramo Tuiza-Puerto de la Cubilla de la LN-8. Además, es necesario usar cadenas entre Sotres y Cantabria (AS-264) y las vías Santa María - I.Indesquirós (QU-4), Carretera de las Llanas (QU-5), en Quirós, Las Mestas-Genestoso y Rengos-Monesterio de Ermo (CN-4 y CN-9), en Cangas del Narcea, y Central de la Malva - Saliencia (SD-1), en Somiedo.

Las nevadas, hasta el momento, no han afectado de forma significativa a la circulación en la autopista del Huerna (AP-66), entre Asturias y León. Hasta el límite de provincia, aunque nieva a partir de los 600-700 metros y se registran importantes rachas de viento, la carretera está limpia y ya en la comunidad vecina, las máquinas trabajan para mantener la circulación abierta.

Las complicaciones viarias por la acumulación de nieve son una de las consecuencias del paso de la borrasca 'Bella', que mantiene el litoral de Asturias en alerta roja y que ya ha dejado olas de hasta 11,3 metros de altura frente a las costas de Gijón. También está activo el aviso naranja por fuertes vientos, que han alcanzado los 123 kilómetros en Cabo Peñas. Además, con una cota de nieve en torno a 600 metros, se esperan espesores de hasta 15 centímetros en el Suroccidente y la Cordillera, por lo que está activo el aviso amarillo.

En Gijón, donde la pasada madrugada se registraron rachas de 80 kilómetros por hora y hasta 27,6 litros por metro cuadrado, según datos de la Aemet, el Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento del Ayuntamiento realizó 46 intervenciones desde ayer y hasta las 8:00 horas de este lunes, de las que 13 están relacionadas con desprendimientos de cascotes, rotura de cristales o losetas de fachadas y otras 11 con la caída de árboles y ramas. La Policía Local ha recibido 30 avisos debido al desplazamiento o vuelco de contenedores, 12 por la caída de vallas de reservados de obras y, además, ha registrado siete incidencias en las luces de Navidad. Asimismo, la caída de un árbol en el Parque Isabel La Católica y otro en el «Kilometrín» ha ocasionado daños en la barandilla y ha invadido parte del carril bici.

Además, los serenos de la ciudad dieron aviso de varios desperfectos y desprendimientos durante la noche. Ramas en mitad de la carretera, árboles destrozados y zonas sin luz. Informaron a las Unidades Técnicas de Conservación Viaria y alumbrado público de este último suceso en la calle Dindurra, Vicaría y parte de la avenida Príncipe de Asturias, entre otras.

En Avilés, tras vivir ayer una de las consecuencias más graves que ha dejado hasta ahora este temporal al venirse abajo el muro de un antiguo cine, la situación parece que se ha calmado un poco. No obstante, hay desperfectos provocados por caída de árboles y movimiento de contenedores, algo similar a lo que ocurre en Oviedo, donde también se ha registrado un accidente por las intensas precipitaciones.

El reguero de incidentes incluye cortes de suministro eléctrico en algunos puntos y obligó al Principado a elevar a las 18.50 horas de ayer el Plan territorial de protección civil (Platerpa) a la situación de alerta 2, nivel que se activa cuando la previsión es de «daños significativos» sobre la población sin que por el momento se aprecie emergencia.

Desde la activación de ese plan, el pasado sábado, el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) ha contabilizados 1.913 incidentes, la mayoría relacionados con cortes de carreteras por la caída de árboles y pequeños argayos. En concreto, se han contabilizado 143 emergencias relacionadas con cortes de carreteras, 46 limpiezas de la vía y 137 retiradas por elementos peligrosos. Además, la sala del 112 Asturias atendió durante estas horas 4.193 llamadas, de las que 3.046 fueron de emergencia, es decir, relacionadas con algún tipo de incidente.

La borrasca también cortó ayer la CE-6 en Carreño por la caída de una mimosa y lo mismo ocurrió en el área de la Fuente de los Ángeles, en Candás. En Ribadesella el arbolado se desplomó en la N-632 a la altura de San Esteban. Hubo desperfectos en el alumbrado del casco urbano y cortes de luz en Piloña.

Susto sí hubo en Almuña (Valdés), al descuadernar el viento la chimenea de un edificio de tres alturas. Al lugar acudieron los bomberos con base en Valdés y la Policía Local, también el concejal de Obras, Marcos Fernández, y la aparejadora municipal para ver cómo podían abordar la situación. El alcalde, Óscar Pérez, y la concejala de Servicios Sociales, Clara García, organizaron un posible realojo de las seis familias que viven en el edificio, un total de 14 personas

El Ayuntamiento permitió a los marineros permanecer «con tranquilidad» en el puerto en los horarios del toque de queda mientras dure la borrasca. «Están desarrollando actividades vinculadas a su puesto de trabajo y por tanto, no hay inconveniente de tipo alguno», apuntó Pérez. Los responsables de Salvamento y Cruz Roja del Mar estarán sobre el terreno pendientes de las embarcaciones, tanto de recreativas como profesionales.

Y mientras tanto, el riesgo no impidió que los curiosos se acercaran a la costa, especialmente en sitios como los bufones de Pría.