El temporal 'Bella' castiga Asturias con vientos de 125 kilómetros y olas de 10 metros

La borrasca 'Bella' cumplió los pronósticos e irrumpió ayer en Asturias, azotando con ráfagas que llegaron a los 125 kilómetros por hora en Cabo Busto y agitando el Cantábrico con olas de diez metros de altura según registró una de las boyas ubicadas por Puertos del Estado ante la costa de Gijón. El vendaval tumbó árboles por toda la comunidad, lo que se tradujo en cortes de carreteras regionales y locales, así como averías de catenaria que suprimieron durante horas los servicios ferroviarios entre Gijón y Cudillero. La flota permaneció amarrada, lo que no evitó daños en las embarcaciones.

Por precaución las policías locales cortaron el acceso a diversos parques y paseos marítimos de la región viviéndose los mayores sustos en Avilés cuando se vino abajo el muro de un antiguo cine y en Valdés al arrancar el viento la chimenea de un edificio de pisos sociales. El reguero de incidentes incluye cortes de suministro eléctrico en algunos puntos y obligó al Principado a elevar a las 18.50 horas de ayer el Plan territorial de protección civil (Platerpa) a la situación de alerta 2, nivel que se activa cuando la previsión es de «daños significativos» sobre la población sin que por el momento se aprecie emergencia.

El pronóstico de la Agencia estatal de meteorología (Aemet) invita a la prudencia, pues mantiene hoy durante todo el día el aviso de riesgo extremo (nivel rojo) en todo el litoral; estima entre un 40 y un 70% de probabilidades de que persista la mar combinada del noroeste con olas de entre ocho y diez metros. Mismas opciones hay de que las rachas sigan en los 110 kilómetros por hora en la costa, mientras en las zonas de montaña e interior se quedarían en los 90.

La cota de nieve se espera que descienda hasta los 600 metros de altitud, con acumulaciones de diez centímetros de espesor a partir de los 1.000 metros. Las inclemencias extraordinarias provocadas por 'Bella' se mantendrían al menos hasta el martes, si bien el pronóstico para el final y el inicio de año es de precipitaciones por toda la geografía.

De momento la borrasca cortó la CE-6 en Carreño por la caída de una mimosa y lo mismo ocurrió en el área de la Fuente de los Ángeles, en Candás. En Ribadesella el arbolado se desplomó en la N-632 a la altura de San Esteban. Hubo desperfectos en el alumbrado del casco urbano y cortes de luz en Piloña.

En Gijón se tomaron precauciones en el Muro y se cerró el acceso en el parque de Isabel la Católica. En Avilés, los bomberos talaron varios árboles en el centro para prevenir su caída. En la confluencia de calle La Cámara y Doctor Graíño la Policía Local contactó con la empresa que está realizando obras para asegurar los elementos que corrían riesgo de ser desprendidos. Los desprendimientos de fachada motivaron que se acordonase el edificio del antiguo café Colón y en la carretera de Molleda el viento echó abajo un semáforo.

En Oviedo también se desplomó un árbol del campo San Francisco, próximo al monolito por los fallecidos en el Holocausto. El lugar ya estaba cerrado y arriada la bandera de la plaza de la Escandalera gracias a la intervención de una dotación de bomberos con camión grúa.

Susto sí hubo en Almuña (Valdés), al descuadernar el viento la chimenea de un edificio de tres alturas. Al lugar acudieron los bomberos con base en Valdés y la Policía Local, también el concejal de Obras, Marcos Fernández, y la aparejadora municipal para ver cómo podían abordar la situación. El alcalde, Óscar Pérez, y la concejala de Servicios Sociales, Clara García, organizaron un posible realojo de las seis familias que viven en el edificio, un total de 14 personas

El Ayuntamiento permitió a los marineros permanecer «con tranquilidad» en el puerto en los horarios del toque de queda mientras dure la borrasca. «Están desarrollando actividades vinculadas a su puesto de trabajo y por tanto, no hay inconveniente de tipo alguno», apuntó Pérez. Los responsables de Salvamento y Cruz Roja del Mar estarán sobre el terreno pendientes de las embarcaciones, tanto de recreativas como profesionales.

Y mientras tanto, el riesgo no impidió que los curiosos se acercaran a la costa, especialmente en sitios como los bufones de Pría.

CON LA COLABORACIÓN DE ALEJANDRO JAMBRINA, JUAN VEGA, ROSANA SUÁREZ, ALICIA G. OVIES Y GLORIA POMARADA