Centro penitenciario de Asturias d. arienza

La cárcel de Asturias incautó 197 teléfonos móviles en los últimos cinco años

El número de aprehensiones se incrementó en 2021 llegando a las 55

jessica m. puga

Viernes, 11 de marzo 2022, 13:37

Se han incautado un total de 197 teléfonos móviles en la prisión de Asturias en el periodo 2017-2021, siendo el último año el de mayor número de aprehensiones con 55. Su uso y tenencia están prohibidos para evitar la continuación del delito desde dentro de la cárcel y porque pueden generar deudas entre los internos e incidentes por el control de los mismos.

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Se trata de objetos muy cotizados por aquellos internos que tienen restringidas las comunicaciones como los presos por violencia de género, delitos de terrorismo o pertenecientes a bandas organizadas y las relacionadas con el narcotráfico.

Los funcionarios penitenciarios han hallado teléfonos móviles en «los lugares más insospechados», apuntan desde ACAIP-UGT, al tiempo que enumeran suelas de zapatos, botes de refresco, productos higiénicos o sandwiches. «Se camuflan fácilmente por su reducido tamaño y escapan a los detectores de metales al ser sus componentes de plástico», explican.

«La introducción de objetos prohibidos perjudica gravemente el funcionamiento normal de un centro penitenciario por lo que son precisos los medios materiales y humanos suficientes, por un lado, para evitar su entrada y, por otro, realizar el control en el interior. Pero todo esto requiere, a su vez, del correcto funcionamiento de los inhibidores de las prisiones y que se adapten a las nuevas tecnologías. Si limitamos las posibilidades de uso, reducimos la utilidad y evitamos el comercio ilícito», señalan desde ACAIP-UGT. Aprovechan para ahondar en la necesidad de ocupar todas las vacantes de funcionarios, pues, aducen, «las nuevas promociones apenas cubren las bajas vegetativas» y hay que «adaptar el organigrama de los centros penitenciarios a las nuevas formas de delincuencia, y redimensionar la relación de puestos de trabajo para ajustarlas a las nuevas funciones. Por lo cual ven preciso y apremiante retomar la negociación de la Ley de Función Pública Penitenciaria para afrontar los nuevos retos a los que se enfrenta la institución.

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