Urgente Prisión para el acusado de robar en gasolineras de Asturias
Terraza de uno de los bares de los bajos de El Molinón, ayer, llenas de clientes a la hora del vermú. DAMIÁN ARIENZA

El cierre del ocio nocturno provoca una cascada de anulaciones en bares, restaurantes y hoteles

El sector hostelero califica de «catástrofe» la repentina decisión del Principado con pérdidas «insalvables» de ingresos y puestos de trabajo

Chelo Tuya

Gijón

Domingo, 26 de diciembre 2021, 03:57

«Catástrofe». «Ruina». «Miles de euros en pérdidas». «Puestos de trabajo en el aire». La hostelería asturiana ha vivido su particular pesadilla de Navidad con el anuncio en plena Nochebuena de que el Principado cierra el ocio nocturno, desde el martes y durante un mes y, entre otras limitaciones, obliga al cierre hostelero a la una de la madrugada. O, lo que es lo mismo, adiós a las fiestas de Nochevieja.

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Una decisión tomada el viernes en la reunión extraordinaria del Consejo de Gobierno en la que solo estaba previsto la aprobación del pasaporte covid. Es decir, del documento que acredita que su titular tiene la doble dosis de la vacuna y que será imprescindible para el acceso a locales de hostelería, gimnasios, centros sociosanitarios y locales de afluencia masiva de público.

Sin embargo, el Ejecutivo asturiano, con Juan Cofiño como presidente en funciones tras el positivo por covid del presidente Adrián Barbón -confinado en Presidencia tras cuatro días ingresado en el HUCA-, añadió por sorpresa las restricciones: cierre del ocio nocturno, recorte del horario hostelero a la una de la madrugada y prohibición de venta de alcohol en gasolineras y establecimientos minoristas entre las 22 y las 6 horas.

La decisión llegó después de que el Gobierno regional se desayunara con la protesta en tromba de los expertos epidemiólogos a los que el Principado acude para tomar decisiones en materias de salud pública. «Han sido temerosos. No han querido actuar con contundencia y crearan un tsunami de casos», criticó el viernes en EL COMERCIO uno de ellos, Daniel López-Acuña, exdirectivo de la OMS. «Lo que tenían que haber hecho era recortar aforos y horarios en hostelería, pero no se han atrevido», sentenció el epidemiólogo y jefe de la Unidad de Investigación de Emergencias de la Universidad de Oviedo, Pedro Arcos.

Tras el giro dado por el Gobierno, las protestas llegaron desde el sector hostelero. Nada más conocerse el sorprendente cambio de rumbo del Principado, Otea, la patronal que aglutina a la mayoría del sector, hizo público un comunicado en el que los empresarios aseguran sentirse «engañados», ya que en ninguna de las conversaciones mantenidas en los últimos días con la Consejería de Salud apuntaron «medidas tan duras».

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Un comunicado al que ayer pusieron voz tanto el vicepresidente del sector, Fernando Corral, como el presidente en Gijón, Ángel Lorenzo. Este último dejó claro que «es una catástrofe», ya que «el daño no es solo al ocio nocturno, es también a todos los restaurantes a los que se les han prohibido las cenas cotillón al tener que cerrar a la una de la madrugada». Algo que Corral confirmó. «Es como si nos obligaran a cerrar el hotel el 15 de agosto. En mi caso, ha supuesto la anulación de la estancia de 70 personas, que tenían la cena de Nochevieja. Más de 10.000 euros en pérdidas».

Unos números que son solo una muestra de «las incalculables pérdidas de esta decisión», porque, apunta Lorenzo, «esto provocará una desbandada de Asturias. La gente que pueda se irá a pasar el fin de semana a otra región sin limitaciones, como sabemos que están haciendo ya a León o Madrid». Porque lo que todos asumen es que «fiestas habrá, pero en lugar de en locales seguros y controlados, en casas particulares, sin medidores de CO2 ni distancia ni mascarilla ni nada».

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Lejos de los 300 ingresos

Y esgrimen ambos las cifras que el Principado puso sobre la mesa para la puesta en marcha de restricciones. Recuerdan la primera línea roja, la de 150 enfermos hospitalizados, tras la cual «se nos obligó a todos a instalar medidores de CO2». La siguiente línea roja no llegaría «hasta superar los 300 enfermos en hospitales. La última cifra, la del día 22, habla de 209 y bajando cuatro días consecutivos».

Para el sector hostelero, la decisión de Nochebuena «no tiene sentido. Nos han hundido. Ya habíamos perdido todas las cenas de Navidad por el miedo que metieron a la población. Solo nos quedaba la Nochevieja y...». Paco García, fundador del grupo La Buena Vida, prefiere poner puntos suspensivos «porque estoy muy, muy enfadado. Indignado». Porque los números no le salen: «Teníamos contratados cuatro 'dj' para Nochevieja, con hoteles y billetes de avión pagados, entradas vendidas desde noviembre... Y en Nochebuena nos dicen que se cancela».

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Unas cancelaciones «que se traducen en pérdidas económicas brutales y de empleos. ¿Cuántos camareros, porteros, personal de seguridad, de limpieza dejarán de trabajar estos días». El lunes, recuerda, «hay una concentración convocada a mediodía ante los ayuntamientos».

Desde Hostelería con Conciencia se cree que «si realmente somos el problema, que nos intervengan y pongan encima de la mesa un plan específico para la hostelería». Si no lo hacen, Félix Marcos lo tiene claro: «no vamos a aceptar ni consentir, tras dos años, seguir pagando los platos los de siempre. Tenemos poco que perder, porque ya lo hemos perdido todo. Hasta el miedo». Marcos insiste en que el pasaporte covid «traerá muchos problemas de operatividad a los negocios pequeños que no tienen capacidad para controlar el acceso a sus locales».

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