Docentes, policías y dentistas recelan de la vacuna de AstraZeneca y piden la de Pfizer o Moderna
Los colectivos afectados muestran dudas sobre el fármaco sueco-británico y exigen que Salud «no intimide» a los usuarios si se niegan a aceptarla
YAGO GONZÁLEZ y Eduardo Paneque
Gijón
Viernes, 26 de febrero 2021, 02:48
La vacuna de AstraZeneca está despertando recelos en varios colectivos profesionales de Asturias. El Servicio de Salud del Principado (Sespa) comenzó la semana pasada a administrar las 9.000 dosis del fármaco a profesionales menores de 55 años considerados «esenciales», como militares, policías, profesores y algunos sanitarios que aún no han sido inmunizados. Según trasladan a EL COMERCIO fuentes de estos colectivos, muchos profesionales se niegan a recibir las inyecciones de la farmacéutica sueco-británica por las dudas sobre su eficacia y sus efectos secundarios o por considerar que, según el plan de Sanidad, les corresponden las de Pfizer o Moderna.
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El Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Asturias (Codes) difundió anteayer una circular en la que asegura que los colegiados «tienen derecho a rechazar» el pinchazo de AstraZeneca «por cuanto no cumple el protocolo en la estrategia de vacunación». Según dicho protocolo, los dentistas y sus asistentes están incluidos en el llamado grupo 3A, que también incluye a los sanitarios que no están en combate de primera línea contra el virus, así como «otro personal sanitario que atiende a pacientes sin mascarilla y durante un tiempo superior a 15 minutos». Ese grupo, según Sanidad, debe recibir las vacunas que funcionan con ARN mensajero, es decir, la de Pfizer y la de Moderna.
El Codes sostiene que los profesionales «tienen derecho a ser debidamente informados» antes de recibir la vacuna de AstraZeneca y que los vacunadores del Sespa no puede presionarles en caso de negarse a ello: «Si rechazáis la vacuna de AstraZeneca, no permitáis que os intimiden diciendo que entonces pasaréis a la cola y que os vacunarán cuando se pueda, o que no van a abrir un vial de Pfizer para inocular a un solo dentista». El Colegio anima a sus asociados a «exigir ser vacunados con Pfizer y Moderna en ese mismo momento o a la mayor brevedad».
En caso de aquellos que hubieran recibido este fármaco sin haber sido previamente informados, la circular insta a «interponer una queja formal ante Atención al Paciente y la gerencia del Sespa, independientemente de que queráis interponer acciones legales por incumplimiento del protocolo y falta de consentimiento informado sobre el tipo de vacuna».
La principal diferencia de la vacuna de AstraZeneca con la de Pfizer y Moderna es que éstas funcionan con el sistema de ARN mensajero: una réplica del código genético del virus que se inocula para 'engañar' al cuerpo humano y que éste fabrique defensas. La de AstraZeneca se basa en un virus de resfriado de chimpancés que se 'mezcla' con la proteína del SARS-Cov-2. Los ensayos cifran su eficacia media en el 70% y, dado que aún no existen pruebas concluyentes en los más mayores, en España de momento sólo se pondrá en personas entre 18 y 55 años, excepto aquellos con enfermedades graves.
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La acogida de este fármaco está siendo desigual: en Alemania solo se ha usado el 15% de las dosis disponibles, mientras que el Gobierno británico anima a su población a ponérsela. En Francia, alrededor del 20% de los sanitarios y policías locales ha sufrido efectos secundarios, si bien leves. Hace un par de semanas, Sudáfrica suspendió su aplicación por su «limitada» eficacia. Y mientras tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho que sí es segura, incluso para mayores de 65 años.
«Vacuna de los chinos»
Esta catarata de informaciones ha despertado los recelos de algunos profesionales asturianos que teóricamente deberían recibir próximamente las inyecciones de AstraZeneca. «Algunos se refieren a ella como la 'vacuna de segunda mano' o la 'vacuna de los chinos' y no quieren ponérsela. Hay un miedo y una preocupación generalizada entre el profesorado», sostienen fuentes del Sindicato Independiente de Docentes de la Enseñanza Pública (Anpe).
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En la Policía Nacional, otro colectivo destinatario del fármaco, también cunde el escepticismo. «Muchos compañeros son reticentes. Las informaciones que están saliendo generan inquietud, aunque yo pienso que es mejor ponerse la de AstraZeneca que ninguna, si de verdad su eficacia es del 70%», señala José Luis González, secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP) de Asturias.
Desde la Consejería de Salud señalan que los ciudadanos no pueden elegir qué tipo de vacuna reciben, sino que deben aceptar la que tienen asignada.
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