Asturias endurecerá las medidas durante las Navidades si aumentan los contagios

A una semana de la Nochebuena, los viajes y las reuniones de reencuentro de Navidad están más en el aire que nunca. Todo dependerá de la evolución de la pandemia en cada territorio y de la decisión final de cada comunidad autónoma. El Ministerio de Sanidad y las comunidades acordaron ayer, por unanimidad, en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, autorizar a que los Gobiernos autonómicos puedan endurecer el plan de Navidad pactado hace solo dos semanas en ese mismo órgano de coordinación. Y Asturias está por la labor de hacerlo. De hecho, dará un paso más en las restricciones si en los próximos días observa «una situación de mayor riesgo» que la actual.

Fue lo que ayer aseguró el consejero de Salud, Pablo Fernández, al término de una reunión en la que él, como muchos de sus homólogos, manifestó su preocupación por la situación actual de la pandemia en el conjunto del país. Asturias no se encuentra entre las comunidades que en los tres últimos días están viviendo un repunte de casos. Aquí, de momento, la tendencia sigue a la baja, aunque no tanto como sería deseable. El consejero habló más bien de una «estabilización» de los contagios, tras haberse observado un descenso «muy importante» días atrás.

Para Fernández, lo que está ocurriendo puede deberse a la relajación de las medidas restrictivas a finales de noviembre y principios de diciembre. Los efectos del puente de la Constitución, vaticinó, podrían empezar a notarse «a lo largo de la próxima semana». En cualquier caso, esa posibilidad de que las cosas se tuerzan y los contagios vuelvan a aumentar «es algo que nos preocupa», reconoció. Por eso «vamos a estar muy atentos» a lo que ocurra en los próximos días.

El pasado 11 de diciembre, el Principado dio a conocer sus directrices para las fiestas navideñas. Como norma, mantenía el máximo de seis personas que estaba fijado hasta la fecha para las reuniones sociales, pero introduciendo la excepción de que «la permanencia de grupos de personas en espacios de uso público o privado durante los días 24, 25 y 31 de diciembre, y 1 y 6 de enero queda condicionada a que no se supere el número máximo de diez personas, salvo que se trate de convivientes». Dichos encuentros se limitaban además a un máximo de dos grupos familiares o de convivencia.

Estrechamente relacionado con estos días especiales y, más concretamente con Nochebuena y Nochevieja, se introducían cambios en el toque de queda. Así, las madrugadas del 24 al 25 de diciembre y del 31 de diciembre al 1 de enero se permitiría estar en la calle como máximo hasta las 1.30 horas, en lugar de las once de la noche, que es el límite que se aplica desde este pasado lunes.

La propuesta que el departamento que dirige Salvador Illa llevó al Consejo Interterritorial y que tuvo el apoyo de todas las consejerías fue la de mantener vivo el plan acordado el pasado 2 de diciembre pero dar luz verde a que las autonomías apliquen «medidas más estrictas» si lo consideran oportuno habida cuenta de su situación epidemiológica. En esencia, que las comunidades (que en su gran mayoría ya habían anunciado su intención de endurecer las medidas por su cuenta) tengan total libertad para restringir la libertad de sus ciudadanos con el único límite de no poder confinarles en sus domicilios.

Según el acuerdo, Gobierno y autonomías irán «viendo día a día» la evolución de la incidencia del virus para decidir si endurecen las medidas en cuatro puntos (viajes, reuniones, toques de queda y eventos). Así, las comunidades tendrán autonomía para prohibir las salidas y entradas de sus territorios (confinamiento perimetral, que Asturias mantiene activo desde el pasado 28 de octubre) durante todas las vacaciones, incluido entre el 23 de diciembre y el 6 de enero que era la ventana en la que hasta ahora se autorizaban los desplazamientos entre regiones.

Los Gobiernos regionales podrán restringir a menos de diez personas las reuniones en las fechas claves de las fiestas (Nochebuena, Navidad, Nochevieja o Año Nuevo).

Las autonomías tendrán potestad para establecer el toque de queda en esos días señalados antes de la una y media de la mañana como se había pactado hace dos semanas. Y, por último, podrán fijar todavía más limitaciones a las concentraciones en espacios públicos como en las cabalgatas, que ya estaba previsto que fueran estáticas. Todas estas limitaciones tendrían el aval del vigente estado de alarma, decretado el pasado 25 de octubre, según recordó Salvador Illa.

«Ha habido un cambio de tendencia de los datos hay que reaccionar con prontitud, agilidad y contundencia para no desperdiciar todo lo conseguido hasta ahora. Y la reacción es permitir que las comunidades autónomas que lo necesiten puedan endurecer las medidas», argumentó. «Estamos viendo incrementos sin todavía haber llegado a las fiestas de Navidad y sin haber registrado los posibles efectos de movilidad del puente», lamentó el ministro de Sanidad. Por eso considera que hay que tomar medidas «con prontitud y agilidad» en las ocho comunidades en las que se está registrando un aumento de la incidencia.

Algo que achacó a que «en base a la evolución de sus datos han relajado las limitaciones de movilidad, de aforos o han permitido la apertura de algunos sectores». Y eso, añadió, «ha provocado un incremento de los casos en algunas comunidades».