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Coronavirus en Asturias | Los bares de copas cierran en Oviedo mientras que en Gijón estudian movilizarse por los horarios

Adrián Barbón defiende las medidas para evitar «que dentro de un mes, porque se nos vaya de las manos» haya que un confinamiento total

SUSANA D. TEJEDOR / ALBERTO ARCE

GIJÓN.

Jueves, 30 de julio 2020, 01:01

Malestar, indignación y enfado. La normativa aprobada ayer por el Gobierno del Principado para luchar contra la COVID-19, lejos de acallar los ánimos ha soliviantado al sector hostelero. Los bares de copas de Oviedo anuncian que irán al cierre, en Gijón se estudian movilizaciones y en Avilés se tantea el terreno. Pese a que la normativa inicial se ha suavizado eso no ha logrado aplacar las protestas.

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Los locales de ocio nocturno creen que o cierran ya o se verán obligados a cerrar, tarde o temprano. Que no hay alternativa. El horario de clausura establecido por el Principado es el culpable. Las dos de la madrugada es el límite para permanecer en los bares y a las partir de 1.30 horas no se admitirán nuevos clientes. Fuera queda, pues, la propuesta de los hosteleros de alargar el límite hasta las cuatro de la madrugada. La normativa, que entró ayer mismo en vigor, también incluye la prohibición de atender en barra a partir de las doce de la noche. La preocupación es unánime; las acciones, diferentes.

La noche ovetense bajará la persiana. Consideran que será «inviable» continuar. Así lo acordó ayer tras una votación la práctica totalidad de establecimientos de la ciudad; aunque alguno no se ha sumado. Son los que llaman «valientes», en la zona de El Antiguo. De momento, abrirán sus puertas adaptados a la nueva norma.

En Gijón se critica un planteamiento, el del Principado, que deja al sector «atado de pies y manos». Aún no se acuerda cesar la actividad, pero sí se estudian movilizaciones o algún tipo de medida de presión. Y los avilesinos han acordado la apertura de los locales mañana y, en función de los acontecimientos, decidirán.

Mientras, el presidente del Principado habla de que sus normas son «ajustadas y responsables» con el objetivo de «evitar una segunda ola» de contagios. Barbón justifica la «contundencia», necesaria para «evitar que dentro de un mes nos veamos en un cierre total y absoluto». Pero los ovetenses creen que eso, con esta normativa, ya es una realidad. «Nos han empujado a cerrar y con nosotros desaparecerán alrededor de doscientos puestos de trabajo y sesenta empresas, además de los puestos indirectos que generamos». Lo dice el presidente de la Asociación de Bares de Copas de Oviedo, Pepe Reina, que va más allá: «Es un cierre encubierto del ocio nocturno», critica.

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«Potenciar la ilegalidad»

El presidente regional asume las críticas, aunque se justifica: «Quien crea que gobernar es otra cosa y que la decisión no va a generar polémica, que se dedique a otros menesteres».

En Gijón se habla de una forma de «potenciar la ilegalidad», ya que se apunta que los jóvenes seguirán saliendo y bebiendo y lo harán en botellones o locales no autorizados. Así lo cree Javier Martínez, del grupo Gavia que, aunque piensa que cerrar no es la solución, se pregunta hasta dónde y hasta cuándo se va a poder aguantar. «Necesitamos una recapacitación real». Y hablan de poner la venda antes de la herida. Barbón se defiende: «Nuestras medidas buscan frenar los contagios, tenerlos controlados y evitar que dentro de un mes, porque se nos vaya de las manos, nos veamos en un cierre total». E insiste en que hay que evitar «un drama sanitario y económico».

Las sidrerías y cafeterías se sintieron, en cambio, aliviadas al saber que se permite la barra hasta las doce de la noche, tras el anuncio el martes de que no se podría utilizar. Para algunos supone el 50% de su facturación.

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La patronal del sector, Otea, por su parte, pide una oportunidad para seguir manteniendo el diálogo con el Gobierno para encontrar soluciones menos perjudiciales, que «sin duda las hay». Y se lamenta de que faltan medidas fiscales y laborales para facilitar la pervivencia de los negocios que acompañen a las medidas sanitarias. «Se protege a la sociedad con medidas sanitarias, pero se abandona a los negocios sin medidas para proteger el empleo y la actividad económica detrás de los que hay muchas familias de empresarios y trabajadores que tratan de subsistir haciendo su trabajo».

Los hosteleros argumentan sus quejas en que desde el primer momento han llevado a rajatabla las medidas sanitarias marcadas. «La situación de pandemia es dramática», reconocen, pero la hora límite de las dos es «nefasta». Ni siquiera la de las cuatro de la madrugada les convence, aunque creen que podría ser una «bombona de oxígeno». Y son escépticos en que los cierres tempranos acaben con los contagios.

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«Esto, nuestras medidas, no son un perjuicio para el sector hostelero, es un beneficio. Permitiría una respuesta drástica como en el caso de la cervecería Urban's» responde Barbón. Entre esas propuestas, una que no obligación, sino recomendación: establecer un sistema de control de la clientela. Barbón dice que persigue una actuación «temprana» y evitar una respuesta «drástica».

EN LA ELABORACIÓN DE ESTA INFORMACIÓN HAN COLABORADO JOSÉ L. GONZÁLEZ, LUCÍA R. LORENZO Y A. L. JAMBRINA

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