La cepa británica se ceba con los jóvenes en Asturias y multiplica sus ingresos
Los hospitales detectan un aumento de ingresos de pacientes jóvenes. Dos adolescentes permanecen graves en la UCI del HUCA
YAGO GONZÁLEZ LAURA FONSECA
OVIEDO.
Viernes, 12 de febrero 2021, 01:01
La cepa británica va ampliando paso a paso su presencia en Asturias. Según las investigaciones del laboratorio de Virología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), encargado de vigilar la aparición y propagación de las nuevas variantes del SARS-Cov-2, la mutación procedente de Reino Unido ya supone seis de cada diez casos en la región. El laboratorio ha procesado más de 2.500 pruebas relacionadas con esta cepa, cuyo incremento ha sido exponencial desde que se detectara en Asturias por vez primera el pasado 31 de diciembre.
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Se trata, por supuesto, de una inquietud a nivel nacional, y una de las prioridades del Ministerio de Sanidad es seguir de cerca la evolución de la cepa, que podría llegar a ser dominante en marzo, según ha advertido el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.
Un dato que destaca el equipo de especialistas del laboratorio del HUCA, dirigido por Santiago Melón, es que la variante británica está afectando especialmente a población más joven. Según Melón, las personas en cuyo organismo se ha detectado esta variante son entre diez y quince años más jóvenes que la media de edad de la población más contagiada por el virus original.
La explicación que manejan los científicos del HUCA es que, ante las medidas de protección de la población más vulnerable y el avance de la vacunación en las residencias de mayores, el virus «se busca la vida» y trata de sobrevivir y adaptarse a las circunstancias infectando a los huéspedes más jóvenes, que por lo general son, además, los que tienen una mayor movilidad social.
La Consejería de Salud lleva varios meses advirtiendo de que la pandemia ha repetido ciertos patrones en las distintas olas: en un primer momento el virus se infiltraría con más éxito entre los jóvenes y la población de mediana edad, que se convertirían en «vehículos de transmisión» para los más mayores. Dado que, al menos durante los primeros meses de la crisis sanitaria, la población joven ha mostrado por lo general síntomas menos graves de la enfermedad, los primeros pasos del virus pasarían más desapercibidos y sus efectos en los más vulnerables, mucho más letales, aflorarían cuando ya es demasiado tarde.
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Más ingresos
Pero este patrón puede estar cambiando a la luz de estas averiguaciones sobre la cepa británica. Sobre todo porque, tal como informan fuentes sanitarias, los hospitales asturianos están percibiendo un notable incremento de ingresos de personas con covid más jóvenes de lo habitual.
Por ejemplo, de los 22 pacientes ingresados en la UCI del Hospital de Cabueñes, tres están en la década de los 50. Y en el San Agustín de Avilés, destaca el ingreso en planta de un joven de 29 años, mientras en intensivos hay un paciente de 49.
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No se trata ni mucho menos de la primera vez que hay pacientes de estas edades hospitalizados por covid, pero los datos del mes de enero, en plena escalada de la tercera ola, indican que la incidencia del virus ha sido especialmente acusada en franjas de edad más jóvenes, mientras la población de entre 65 y 85 años mostraba una mayor protección. Fuentes sanitarias indican que es probable que los ingresos que ahora se están produciendo procedan de los contagios de entonces.
En cualquier caso, hay dudas sobre la mayor o menor agresividad de la cepa británica en comparación con el patógeno original. Según Pedro Arcos, epidemiólogo y director de la Uninidad de Investigación de Emergencias de la Universidad de Oviedo, lo que indica la teoría epidemiológica y las primeras investigaciones sobre la variante es que «es más transmisible pero menos virulenta».
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Es decir, que contagia más pero que provoca menos efectos graves y, por tanto, una menor mortalidad. Esta tesis encajaría con el balance epidemiológico del mes de enero, en el que se produjeron casi tantos contagios como el peor mes de la segunda ola, noviembre (en torno a 10.000 casos) pero una mortalidad tres veces menor.
No obstante, un reciente informe del Centro de Emergencias Sanitarias indica que «existe una posibilidad real de que [la cepa británica] pueda estar relacionada con mayor gravedad y mayor letalidad. El riesgo de que se produzca un aumento progresivo en las hospitalizaciones asociado a la circulación cada vez mayor de la variante es por tanto elevado, tanto por el aumento de la incidencia como por el aumento de la gravedad».
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Sedadas e intubadas
Lo que es innegable es que continúan produciéndose situaciones dramáticas. Por ejemplo, la de dos chicas de 13 y 19 años, vecinas del Nalón y de Oviedo, que permanecen sedadas e intubadas desde el martes en la UCI del HUCA por covid. Ambas jóvenes han desarrollado una neumonía bilateral, lo que ha obligado a tener que asistirlas con respiradores. Los médicos están extremadamente preocupados por ambos casos, que destacan por su precocidad y gravedad. Ambas enfermas son en este momento los contagios por coronavirus más jóvenes que han llegado a la UCI.
El pronóstico, de momento, es reservado. La joven de 19 años, vecina de Oviedo, ha contraído la cepa británica. Los rastreadores de la Consejería de Salud investigan su entorno para intentar determinar la fuente del contagio. Por su parte, la otra afectada ha dado negativo a las pruebas por covid, pero la clínica que presenta lleva a pensar a los facultativos que se trata también de coronavirus. También permanece ingresada en la UCI de adultos.
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