La Policía multa a un vecino de Blimea que no quería recoger los excrementos de su perro
El propietario del can, que iba suelto, se enfrenta a una sanción económica de entre 50 y 150 euros
MARTA VARELA
Jueves, 16 de febrero 2017, 00:13
El Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio ha abierto un expediente sancionador al propietario de un perro que iba suelto por la vía pública y que había defecado en los aledaños al portal de viviendas número 1 de la calle de Puerto de Pajares, en Blimea. El dueño del can se enfrenta ahora a una multa de entre 50 y 150 euros por incumplimiento de la ordenanza de tenencia de animales de compañía.
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El incidente ocurrió el 6 de febrero cuando dos agentes de la Policía Local que atendían una llamada de un vecino en los anexos a la iglesia de Blimea se percataron de la presencia de un perro suelto defecando en la vía pública que acto seguido corrió hacía su dueño, que se encontraba en las proximidades. Los agentes informaron allí mismo al propietario del animal de las faltas que había cometido y le emplazaron a recoger las deposiciones del perro, acción que al final acabó realizando aunque entre protestas y expresando su disconformidad.
Según la ordenanza de tenencia de animales de compañía, recuerdan fuentes municipales, «los perros que circulen por la vías y espacios públicos o privados de concurrencia pública deben ir sujetos por correa o cadena con collar y provistos de la pertinente identificación La persona que conduzca al animal queda obligada a la recogida de las defecaciones del mismo». El incumplimiento de esta orden se considera una falta leve susceptible de ser multada.
Este es el primer expediente del año incoado por incumplimiento de la ordenanza canina.
Una decena de casos en 2016
El año 2016 se cerró con una decena de informes tramitados o en tramitación por circulación de perros sueltos, animales sin censar, perros potencialmente peligrosos sin bozal y deposiciones de heces en la vía pública.
La apertura de expedientes sancionadores se activó en San Martín del Rey Aurelio en 2012 con una aplicación más rigurosa de la ordenanza para velar por la buena convivencia vecinal. Hasta entonces el Ayuntamiento amonestaba por escrito a los titulares de perros de las infracciones cometidas, informando en un plano pedagógico de las obligaciones de la norma, pero sin llegar a incoar informe como tal.
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De igual modo, se puso en marcha una campaña para informar sobre la ordenanza y se repartieron bolsas para recoger los excrementos de los animales. Antes, se había promovido una campaña para usar el microchip, de acuerdo con el Principado, facilitando el procedimiento, que se llevó a cabo en dependencias municipales, y rebajando su coste.
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