Un alumno de El Entrego lleva un año sin transporte escolar por un argayo

Un argayo -el que tuvo lugar en diciembre de 2018- está a punto de truncar la apuesta de un joven matrimonio por vivir en Cocañín, en la zona rural entreguina. Y ellos no son los únicos. Ante las dificultades de comunicación que ocasiona el desprendimiento (para el que no hay fecha de reparación), otra vecina ha decidido abandonar el lugar.

En el caso de Verónica Cabal y su marido, la situación se complica ante las trabas que están teniendo por parte de la Consejería de Educación para llevar a su hijo a la escuela de El Bosquín. A pesar de tener derecho a transporte escolar, el Consorcio de Transportes no considera seguro el paso por la zona del argayo y el autobús no va a recoger a sus dos hijos, pese a que por la zona sí circulan el camión de la basura y vehículos particulares.

Tras numerosas reuniones, Educación aprobó que un taxi llevara a la hija del matrimonio al instituto entreguín. Sin embargo, no ocurre lo mismo con su hermano, más pequeño, que cursa Primaria en el colegio de El Bosquín.

En el mes de noviembre se reunieron con la consejera, Carmen Suárez, quien les trasladó la posibilidad de que ambos hermanos compartiesen taxi. El más pequeño tendría que madrugar una hora y acudir al servicios de 'madrugadores', pero los padres aceptaron.

Sin embargo, semanas después se les comunicó que esta solución no era adecuada. La niña continúa utilizándolo, pero la madre tiene que ocuparse del transporte del pequeño o pagar un taxi que supondría casi 500 euros al mes que «no podemos permitirnos». La última solución que se les trasladó es que, con vistas al curso que viene, soliciten una subvención para pagar el taxi, pero qué hago este año» se pregunta la madre de los niños.