El mutualismo, «escuela de resistencia»

«Haber nacido en la cuenca minera, un lugar, un hogar donde la solidaridad es un imperativo categórico». Estas son las primeras palabras que el presidente del Principado, Adrián Barbón, ha escogido para prologar, «como integrante de una familia minera», el libro 'El mutualismo minero en la Asturias contemporánea'. Se trata de una publicación del historiador lavianés Luis Benito García Álvarez, fruto del proyecto Beca de investigación a través un acuerdo de colaboración entre la Fundación Obra Social Montepío y la Universidad de Oviedo. El libro, que bucea en los orígenes de la unión y la cooperación primera de los mineros como respuesta colectiva de socorro ante una realidad dura y hostil para la familia minera, fue presentado ayer «con ilusión» de forma digital debido a la pandemia y se enmarca en el 50 aniversario de la constitución del Montepío.

En la presentación, junto al presidente del Gobierno regional participó el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago Granda, que incidió en que la institución académica «lleva la minería en su ADN, una simbiosis afianza a mediados del siglo XIX con la creación de la Escuela de capataces». Por su parte Juan José González Pulgar, presidente del Montepío resaltó que «los mutualistas somos parte de un colectivo ejemplo de resistencia en la lucha por la democracia, la igualdad y la dignidad del ser humano».

Por su parte, el autor, Luis Benito García Álvarez, destacó que «es una de las primeras manifestaciones del asociacionismo obrero, frente a la inacción de las instituciones públicas en el caso de la prevención. El mutualismo sirvió para construir la identidad obrera y la popular, constituyendo una escuela de resistencia».

El libro es fruto de un exhaustivo trabajo de investigación llevado a cabo durante tres años por el Departamento de Historia, partiendo de la actividad mutualista que se desarrolló en Asturias desde el siglo XIX. Aborda también el nacimiento y la consolidación de la entidad que en 1970 se refundó como mutualidad heredera de la actividad mutualista que la precedió, como explica el propio autor que espera que, además, «este trabajo sea un primer paso para futuras investigaciones, tanto generales, como a nivel local o de casos individuales».

La obra se estructura en tres bloques diferenciados: aborda la historia del mutualismo y del Montepío, heredero de los gremios urbanos y las cofradías; se analizan los circuitos de ayuda de la comunidad tradicional y, por último, los ateneos, casinos y sociedades de socorro mutuo. Cuenta con dos apéndices, uno sobre el Balneario de Ledesma y una recopilación de las fechas y fotografías relacionadas con el desarrollo del mutualismo.

Barbón lo definió como un libro imprescindible para comprender el mutualismo, que «se basa en el auxilio recíproco». «La fuerza de los trabajadores es imprescindible para luchar por sus derechos. Reivindico, nacer en la cuenca imprime carácter. Solidaridad y camaradería que marca esta tierra», apostilló.