«Será necesaria la ayuda de todos los vecinos para reabrir la piscina de Turón»

Lo admite la propia presidenta de la asociación Mejoras del Valle de Turón, Silvia Suárez: «Ya teníamos un plazo muy ajustado para tener acabadas a tiempo las imprescindibles obras de reforma de las piscinas». Por eso, ahora, con el actual parón de las actividades no esenciales por culpa de la crisis sanitaria del coronavirus, llegar a la fecha prevista, en junio, «va a ser muy complicado». No obstante, quiere lanzar un mensaje positivo: «Vamos a hacer todo lo posible en cuanto podamos».

Los primeros trabajos para adecuar las instalaciones -que se consideran casi esenciales para la temporada estival en el valle mierense- dieron comienzo el pasado 17 de febrero con mano de obra voluntaria y con miembros de la propia directiva del colectiva. «Apenas dio tiempo a hacer algo. Lo tenemos todo levantado», asegura Suárez. Como todo el mundo, continúa, «estamos a la espera de lo que pueda suceder en las próximas semanas, pero somos conscientes de que lo tenemos bastante fastidiado. Pero no perdemos la esperanza de tenerlo todo listo».

Desde la asociación se espera poder reiniciar, si todo va bien, los trabajos el próximo mes de mayo. «Pero después dependeremos de la meteorología para poder ejecutar las obras. Y de la mano de obra. Carecemos de capacidad para contratar operarios, por eso, más que nunca, vamos a necesitar de la acción altruista de los vecinos para poder disfrutar de las piscinas este verano», añadía.

Todas las posibilidades están abiertas. Desde tener listas las obras para la apertura, a tener que retrasar su entrada en servicio e, incluso, a no abrir. «Pero esta última sería la opción menos deseable».

Estas obras están presupuestadas en unos 40.000 euros. La primera fase de los trabajos consiste en el levantamiento de las baldosas que rodean a los vasos. La intención es buscar las posibles fugas que incrementarían el consumo de agua. Con ello, la entidad pretende reducir al máximo los costes para poder mantener un servicio cuya continuidad llegó a verse comprometida. Y es que a principios de año se supo que la entidad debía de comenzar a abonar, incluso con efecto retroactivo, la tasa de agua que hasta ahora no pagaba. El material actual, que requiere mucho mantenimiento, se sustituirá por hormigón inyectado.

Suárez ya dijo que el respaldo de la ciudadanía se está notando y las donaciones para poder salvar estas instalaciones. Aunque el riesgo de clausura sigue latente por la deuda, los responsables de la asociación dicen que no se van a rendir.