Últimos baños en el Manuel Llaneza de Mieres: «Cuesta creer que no volveremos»

En menos de 24 horas el mítico Club Manuel Llaneza de Mieres cerrará sus puertas de forma irremediable. Los elevados costes y una merma notable en el número de socios han terminado con décadas de historias deportivas coronadas con importantes triunfos, principalmente en competiciones de natación.

Un claro exponente de dichos triunfos apuraba ayer las últimas horas de la piscina. «Estaba fuera de Mieres, pero he vuelto para despedirme desde dentro, nadando, que es lo que me gusta, y lo que llevo haciendo décadas», explicaba, visiblemente emocionado y triste por tener que vivir un nuevo cierre Valeriano Orgaz 'Valín'. Recuerda aún con claridad que en 1968 «siendo un crío cerró la piscina y me fui para el Santa Olaya de Gijón, pero en el 88 volvía abrir y aquí estaba el primero, en mi casa». Ahora, su temor, como el de muchos, es que este cierre sea definitivo. En estas últimas horas los entrenadores Ayehsa Matilla y José Luis Vitos seguían al frente de la instalación, saludando a los socios y recordando anécdotas. «Todo se hace con pena. Llega el día, pero es complicado creerlo», reconoce Vitos. Los socios acuden a sus actividades diarias, pero al recoger las llaves de sus taquillas las miradas cómplices con los entrenadores denotan tristeza. Se habla poco del cierre, conscientes de que es cuestión de horas.

Teresa García llegaba, como cada mañana, a hacer unos largos. «Es increíble, cuesta hacerse a la idea de que no volveremos. Mi hija lleva veinte años en el club y le da mucha pena». David García también llegaba a nadar como cada día: «Unas instalaciones tan céntricas es increíble que tengan que cerrarse y encima con el buen trato que recibimos por los empleados. Es una pena». Mientras asume el cierre de la instalación Vitos, entrenador del equipo de natación del Manuel Llaneza, continúa en conversaciones con el Ayuntamiento de Mieres para encontrar una solución que permita seguir con la actividad del club de natación, que en la actualidad cuenta con unos 35 deportistas. Vitos reconoce que «llegamos entrenar a más de 90 personas pero con todo este problema hemos tenido bajas, pero esperamos poder seguir y recuperar gente».

Mientras se mira también al futuro con cierto optimismo, pendientes de definir una solución, siguen las despedidas. Esta tarde llevará a cabo el último entrenamiento y se reunirán gran parte de sus deportistas -veteranos y actuales- para compartir unas horas llenas de recuerdos.

No cabe duda tampoco de que la subida del precios del gas fue clave. Desembocó en una subida de los costes de mantenimiento de la instalación deportiva que eran imposibles de asumir. Fue el detonante para que la instalación mierense tuviese que cerrar, aseguran en la dirección de la entidad deportiva.

Los datos son incontestables. La directiva confirma que en estos cinco primeros meses del año la factura del gas se ha triplicado, pasando de 11.000 euros, «en un ejercicio normal», a 40.000. La electricidad ha pasado de 10.000 a 14.000. Por cuotas solo se ingresan unos 17.000 euros mensuales.

Actualmente, la instalación deportiva cuenta con 683 socios que abonan 27 euros al mes y pueden utilizar tanto la piscina como las seis salas de gimnasia del club. El juez calculaba que para que las cuentas se estabilizasen sería necesario aumentar unos 400 socios más. No fue posible, a pesar que desde el club se hizo un llamamiento a los mierenses para que se hiciesen socios y ayudasen a la permanencia de este equipamiento histórico. Respondieron apenas 60 vecinos.

Mieres se queda irremediablemente sin un amplio y variado gimnasio, y una piscina climatizada en pleno centro urbano. El juzgado de lo Mercantil número 1 de Oviedo, finalmente, dictó un auto para clausurar las instalaciones y disolver la entidad. Se puso fin así a 34 años de historia.

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