El viceconsejero de Transportes, Jorge García, hace una foto al tren que el jueves realizó el primer viaje con pasajeros por la variante de Pajares. DAMIÁN ARIENZA

Los empresarios piden más trenes de cercanías y mayor oferta turística

Con la llegada del AVE, reclaman ampliar la flota de coches de alquiler y una «buena red de autobuses» a los destinos de turismo rural

Viernes, 11 de noviembre 2022, 02:26

«¿En qué fecha exacta va a empezar a circular el AVE en Asturias? ¿Cuánto va a costar el viaje? ¿Cuántas frecuencias va a tener? ¿ ... Va a haber paradas? ¿Será necesario hacer transbordos?» Son preguntas que ayer expresó en voz alta José Luis Álvarez Almeida, presidente de la patronal de la hostelería y el turismo de Asturias (Otea) veinticuatro ahoras después de que el primer tren en pruebas con viajeros circulara por el tramo La Robla-Campomanes de la variante de Pajares. Una cita sobre la que lamentó que los representantes del sector turístico no fueran invitados cuando «siempre se insiste en el potencial del AVE para nuestra actividad».

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Hechas estas reflexiones y tras pedir «valentía al Gobierno» para fijar ya una fecha de apertura para una infraestructura que ha costado 4.000 millones de euros, reclamó al Ejecutivo regional «comenzar ya a comunicar al resto del país que Asturias va a estar conectada por AVE. «Para que alguien decida venir, tiene que saberlo. Hay que hacer una prospección, promoción, reunirse con los touroperadores para que vayan colocando el destino, algo que no se hace de un día para otro, publicar ofertas...». Esa es para Almeida la prioridad. «Centrarse ahora en el AVE», para cuya llegada dice estar «preparado» el sector. «Nuestra capacidad está asentada en la calidad y en el servicio, no en el 'boom' turístico de otros destinos», añade, no sin antes recordar que el reto es «desestacionalizar el turismo» y la infraestructura animará a «venir fines de semana y escapadas a aquellos que están interesados en el turismo cultural, gastronómico y antes, en invierno, por las comunicaciones no lo hacía».

Y aunque Almeida pide ir cumpliendo hitos, no oculta que hay una red de Cercanías que «hay que aprovechar». En este punto hace especial hincapié el presidente de los Operadores Turísticos y Agencias de Viajes de Asturias (OTAVA), Íñigo Fernández.

«A los turistas se les está vendiendo Asturias como el paraíso. Una vez que llegue a Oviedo y Gijón, va a hacer falta una buena red de transporte público. Bien de Cercanías, bien de autobuses hacia los destinos de turismo rural».

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Sostiene el responsable de la patronal que «no puede ser que, por un lado, se quiera potenciar el transporte público y, por otro, se esté abandonando, con trenes de Feve, como así se ha reconocido, con treinta años de antigüedad, y los de Renfe rozando los veinte, con sus correspondientes averías y la imposibilidad de garantizar servicios». Para Íñigo Fernández, «es incomprensible que haya un tren de ida y vuelta en el día hasta Luarca o hasta Ribadeo y el tiempo que tardan. Es una pena que estemos dejando morir una de las mayores joyas que tiene esta región», en referencia a la ruta cantábrica. «Hay que recuperarla».

Otros de los 'deberes' que, desde su punto de vista', atrae aparejada la llegada del AVE es «contar con una mayor flota de de coches de alquiler, eficientes, y en las estaciones» y que «los establecimientos rurales abran en invierno si lo que buscamos es desestacionalizar el turismo».

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Jóvenes y jubilados

Una opinión muy similar con respecto al transporte público tiene Eduardo del Valle, coordinador del Sistema de Información Turística de Asturias (SITA) y docente e investigador de la Universidad de Oviedo, Eduardo del Valle. «¿El AVE va a llevar a un destino único o va a llevar a Asturias? Una vez en destino, uno tiene que tener la capacidad de poderse mover. Porque si no, a un empresario de Llanes o de Taramundi, ¿de qué le vale el AVE? La intermodalidad -poder utilizar distintos medios de transporte- hay que trabajarla. Las empresas tienen mucho que decir. Tener estaciones intermodales ayudaría».

En este contexto, apunta que hay un mercado muy específico al que le interesaría el AVE: el de «los seniors, el de las personas jubiladas», más reacias a coger el avión por los controles que hay que pasar. También habla del «público joven de Madrid, Valladolid, Palencia..., que se puede captar los fines de semana» e incluso a los del Interraíl, «que funciona por toda Europa. Pero para todo ello hay que adaptar la oferta hotelera y de ocio». Eso sí, también advierte del riesgo que caiga el turismo interno, como ya pasó con las líneas 'low cost'.

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Y hace otros dos apuntes: «La ventaja significativa que va a suponer que el AVE de Valencia pare en Chamartín», al igual que lo hará el tren que parte de Asturias, y la importancia de «adaptar establecimientos y transporte a productos turísticos consolidados como el cicloturismo y el senderismo: hoteles donde dejar la bicicleta o trenes donde poder llevarla».

El catedrático de Economía, director de la Cátedra para el Análisis Innovación en Asturias y miembro del grupo de investigación RegioLab, Fernando Rubiera, advierte, por su parte, del «efecto perverso que el AVE puede tener sobre el territorio», como ya ha ocurrido en «otros núcleos de menor tamaño a los que ha llegado el AVE de Madrid». Habla, especialmente, de ese efecto «en el sistema productivo regional de servicios», de «la presión que ejerce sobre abogados, economistas, arquitecdtos, consultores la competencia de Madrid».

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Cree que existe la suficiente distancia como para que «el AVE no destroce la economía», pero que para «resistir dicho empuje hace falta tener un tamaño mínimo», como el del «área central de Asturias, de 800.000 personas». Algo que cree que se tendría que haber hecho antes y que funcionará «con un tren de Cercanías que conecte muy bien las ciudades y sea muy eficiente».

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