La FSA busca fórmulas para llenar el vacío que supone el paso de Llamedo al Ejecutivo

El posible fichaje de Gimena Llamedo como número dos del Gobierno de Adrián Barbón, dando el relevo a Juan Cofiño, ha generado recelos y ... preocupación en el seno del partido. La entrada de Llamedo en el Ejecutivo regional implicaría su salida de la ejecutiva socialista, donde ahora asume la gestión del día a día como vicesecretaria de Organización, asumiendo el peso de la organización la ahora número tres de la FSA y diputada nacional, Adriana Lastra. La fórmula, aún sin confirmar por parte de Adrián Barbón, plantea dudas en el seno del partido por una cuestión «meramente organizativa», aclaran fuentes consultadas. Argumentan quienes dudan de la idoneidad de este escenario que, ejerciendo el secretario general de la FSA como presidente del Principado, la vicesecretaria de Organización debería tener plena disposición para asumir la gestión del partido. Máxime, en un momento clave para la formación en el que toca recomponerse tras los últimos resultados electorales, en los que la FSA perdió varias alcaldías, un diputado en la Junta y dejó de ser la fuerza más votada a nivel nacional, perdiendo a tres representantes en las Cortes. El hecho de que la persona llamada a hacerse cargo de estas funciones, Adriana Lastra, sea diputada nacional, lo que le obliga a vivir a caballo entre Asturias y Madrid, genera serias dudas en el partido. De ahí que fuentes de la organización planteen otras fórmulas como la de mantener a Llamedo en la FSA y situar a Dolores Carcedo como vicepresidenta del Gobierno. También la de reorganizar la estructura de la FSA para que no sea Adriana Lastra quien asuma las responsabilidades de Organización o, al menos, delegue buena parte de las funciones. Para asumir este tipo de competencias dentro del partido, quienes estarían ahora mejor situados serían la secretaria de Política Municipal, Noelia Macías y el secretario ejecutivo de Coordinación Territorial, Julio Tamés.