Un gimnasio donde se salvan vidas
ELCOMERCIO visita el espacio habilitado de manera extraordinaria en el HUCA para acoger a pacientes graves. El equipo de sanitarios, extenuado, pero con mucho ánimo, lleva atendidos 501 enfermos de coronavirus
LAURA FONSECA
Domingo, 14 de febrero 2021, 01:27
«Mucha gente piensa que a la UCI se va a morir y no es cierto. Es un lugar que regala vida; el último sitio donde todavía le puedes ganar al destino». En esa pelea por la vida a la que poéticamente se refiere la doctora Lola Escudero, jefa de la UCI Polivalente del HUCA, se encuentran ahora 79 pacientes con covid. La más joven, una chica de apenas 19 años (tras descartarse el caso de la adolescente de 13 años, que dio negativo); el más 'antiguo', un enfermo que llegó el 8 de noviembre. Desde el inicio de la pandemia, las áreas de críticos del HUCA, clave en la lucha contra el coronavirus, han atendido a 501 personas contagiadas de covid (414 corresponden a la segunda y tercera ola). Las últimas cuatro ingresaron anteayer mismo.
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El perfil de los enfermos «es el mismo que teníamos durante la primera ola. La mayoría son hombres, con otras patologías de riesgo como obesidad, hipertensión y diabetes». La edad media es de 63 años, «aunque hemos tenido también algún joven». De los pacientes que ingresan, tres de cada cuatro logra sortear el envite. La tasa de mortalidad está alrededor del 25 %. En la primera ola fue algo menor: «rondó el 22%». Se trata de un indicador que sitúa al HUCA en buen lugar frente a lo que arrojan otros países.
En Asturias, la pandemia tuvo su punto de arranque en un día señalado: el 29 de febrero, bisiesto, de 2020. «Precisamente el primer paciente, el escritor Luis Sepúlveda, fue directo a la UCI», recuerda Escudero. Desde entonces, «los hospitales y los sanitarios nos hemos tenido que reinventar y aprender a tratar una enfermedad hasta entonces desconocida». En ese camino de reinvención, que ya va para un año y que ha dado la vuelta a la sanidad asturiana cual calcetín, hubo que buscar espacios para habilitar más camas de UCI dentro del hospital. Las casi 70 plazas de críticos de las que disponía el complejo hospitalario (sumando las de la unidad Polivalente, la cardíaca y la pediátrica) resultaron insuficientes para el gran volumen de enfermos que iba dejando la pandemia. Primero se instaló un área adicional de UCI en una zona próxima al helipuerto. Pero sus 24 camas se llenaron durante la segunda ola. En noviembre, en pleno puente de Difuntos y capitaneados por el jefe de Ingeniería Josu Jiménez, el HUCA diseñó e instaló en menos de diez días una UCI en el gimnasio de rehabilitación. «Lo cedimos gustosos. En tiempos difíciles hay que adoptar decisiones complejas y extraordinarias», reconoce el coordinador de Enfermería de Fisioterapia, José Antonio Martínez, que cree que la situación de provisionalidad durará todo el año y que estos días se afana por buscar espacios alternativos para recuperar la normalidad entre sus pacientes.
Adentrarse en la UCI del gimnasio es lo más cercano a estar «en un escenario de guerra». En el HUCA, las avanzadas instalaciones, el esmerado trabajo del área de Ingeniería y Mantenimiento y la alta tecnología han permitido disponer de zonas de cuidados intensivos que ya las hubiesen querido para sí en tiempos de la epidemia de poliomielitis o de la mal llamada gripe española. Pero pese a todo, impresiona ver en este pabellón de grandes dimensiones y techo alto, a una decena de pacientes alineados en sus camas, sedados, intubados, asistidos por respirador y conectados a bombas de perfusión que les medican y alimentan. Uno al lado de otro, en completa simetría, y en silencio. Solo se oye el sonido de alguna máquina o monitor.
EL COMERCIO ha sido el primer medio en recorrer las entrañas de esta nueva UCI, donde el pasado viernes había hospitalizadas catorce personas. Se trata de una zona «muy luminosa», abierta y espaciosa. Montar esta unidad «ha sido todo un desafío profesional y una gran labor de logística del hospital y del de departamento de ingeniería», señala Escudero.
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«Situación extrema»
Para su puesta en marcha, «nos paramos primero a pensar qué queríamos y, sobre todo, qué necesitaban los profesionales», detalló Josu Jiménez. Así surgió «este modelo de UCI», que más tarde se exportó a otros hospitales, como el de Avilés. «Todo el material empleado era nuestro, de ahí que lo hayamos podido hacer con tanta rapidez». El HUCA fabricó cada uno de los 34 módulos de madera (de color blanco cual mueble de Ikea), con sus cabeceros para la toma de los aparatos de electromedicina.
«Lo importante es poder atender a todos los pacientes que lo necesiten», opina Natalia Pérez, anestesista. Una de las cosas que ha sacado a la luz la pandemia es la importancia del trabajo en equipo. «La situación es extrema y requiere de la colaboración de todos los profesionales», abunda Pérez, una de las personas asignadas a esta nueva UCI donde el trabajo es constante. De cuadrar la actividad de las más de 180 enfermeras de UCI (antes de la pandemia eran unas 120 profesionales) se encarga la supervisora María Jesús Romero. Antes de que el coronavuris se instalara en nuestras vidas, había cuatro unidades de UCI; ahora, nueve. Se pasó de 70 camas a 120. El trabajo y el esfuerzo es mayúsculo, asegura María Jesús, «pero la gente sigue respondiendo al cien por cien. El ánimo no decae aunque haya cierto cansancio».
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Lo cierto es que a pesar del descenso en los contagios, a la UCI del HUCA siguen llegando pacientes. Eso es porque los efectos de la desescalada tardan más en notarse en los hospitales, sobre todo a las UCI. De hecho, el HUCA se preparaba este fin de semana para abrir el segundo módulo del gimnasio, otras 15 camas.
¿Qué nos espera a partir de ahora? Lola Escudero lo tiene claro y echa mano de su «condenado optimismo». «De aquí en adelante veo corrientes, no olas. Ya tenemos vacunas que sabemos que son eficaces. Cuando tengamos entorno al 70% de la población vacunada, esa inmunidad hará que el virus deje de ser pandémico y se convierta en algo estacional, como el de la gripe o de infecciones respiratorias. Veo un horizonte muy optimista».
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