«Si Dámaso no hubiese puesto la moto en el medio, estaríamos muertos», agradecen los ciclistas

Muy serios. Con lágrimas en los ojos. Cerca de la familia, de Ainhoa Aparicio, la viuda, y de Aitana Guillén, la hija de Dámaso Guillén, pero sin querer molestar a los más cercanos al guardia civil que «dio su vida por nosotros». Así lo sienten los integrantes del Club Ciclista Las Mestas, de Gijón, que estuvieron entre la multitud que participó en la mañana de ayer en el funeral en la catedral de Oviedo por el agente.

Se sienten salvados por Dámaso Guillén porque ellos iban a la cabeza del pelotón de ciclistas cadetes que participaba en una carrera el sábado en Pravia. El mismo pelotón que se salvó de ser arrollado por Y. T. L., el conductor que inició una loca carrera en Beifar tras atacar con un hacha a dos vecinos y robar el coche a otro.

El mismo conductor que entró en la carretera AS-236 (Grado-Las Regueras) sin atender la orden de alto de la Guardia Civil y que solo se detuvo al impactar contra la moto de Dámaso Guillén, agente del Sector de Tráfico de la Guardia Civil en Asturias que se interpuso con su moto entre él y los ciclistas. El desenlace es conocido. El agente fue arrollado y voló cuarenta metros para fallecer en el acto.

«Para mí y para todo el equipo, Dámaso es nuestro héroe», afirma Pelayo González, que no quita crudeza a lo que podría haber sucedido: «Si él no hubiera puesto la moto en medio, la mitad del equipo estaríamos muertos», dice con entereza, emoción y madurez.

A Pelayo González le autoriza su padre, José Manuel González, muy emocionado, a hablar con los medios de comunicación. Porque, aunque él mismo lo intenta, apenas puede articular «estamos aquí hoy porque... Es muy duro...», antes de echarse a llorar.

A sus 17 años, este joven fue el artífice de «que todo el equipo esté hoy aquí, para apoyar a la familia, para dar las gracias a este hombre por haber evitado una gran la tragedia», explicó el director del Club, Chus Rodríguez. Recordó él que «en estas pruebas participan unos 140 chavales. Estamos con el corazón encogido pensando en lo que pasó y en lo que podría haber pasado si no llega a ser por este agente».

Todavía «en shock», pero con las ideas muy claras, Pelayo González recordó lo que pasó en la tarde del sábado. «Nosotros, David, Enol y yo, íbamos preparando una meta volante que estaba a un kilómetro de donde pararon la carrera. Si hubiéramos llegado un minuto antes, visto lo que hizo el conductor, que no paró ni con los avisos de la Guardia Civil, nos hubiera matado a todos».

Conscientes de ello, insiste Pelayo en que «para mí y para todo el equipo ciclista Dámaso es nuestro héroe y teníamos que estar aquí con su familia». Arropado por todos sus compañeros, Pelayo González lo tiene claro: «el 1 de abril de 2023 todos volvimos a nacer». Él «y todos los demás, porque en la carrera éramos unos 140 ciclistas. Si Dámaso no llega a haber parado al coche, seguir vivo hubiera sido una lotería». Recordó, además que «en una bici, estás anclado a los pedales, así que tampoco hubiéramos podido saltar».

Temas

• Guardia Civil
• Principado de Asturias
• Pravia
• Oviedo