«Mi hermano era buena gente, pero siempre tuvo malas compañías»

«Mi hermano no era mala persona, lo contrario, pero siempre se rodeó de malas compañías». Lo dice Jessica de la Calle, hermana mayor del hombre asesinado en Trevías el pasado sábado. Relata a este diario que la víctima, Rubén de la Calle, acudió a la casa de su presunto asesino para venderle droga y que «ahí, encontró la muerte». Cuenta también que el propietario de la vivienda «consumía cocaína y mató a mi hermano porque no le llevaba la cantidad suficiente». Su versión vendría a confirmar la teoría principal que siguen los investigadores: que el móvil del suceso fue un ajuste de cuentas a causa de las drogas.

«¿Cómo iba mi hermano a hacerle nada? Si le duplicaba en tamaño, edad y en todo», arguye Jessica, que es hermana por parte de padre de la víctima y vive en Madrid con su madre. Se refiere a que mientras la víctima tenía 28 años y medía unos 175 centímetros, el agresor rondaba los 48 años y los dos metros de altura. Su hermano, eso sí, era deportista y le gustaba cuidar la alimentación. Los vecinos de Trevías lo describen como «un chaval fuerte».

En una primera inspección ocular, ya se contempló que Rubén falleció estrangulado, al no apreciarse sangre en el cuerpo de la víctima. «No eran amigos, pero sí conocidos. Mi padre también lo conoce», apunta a EL COMERCIO Jessica desde la villa de Luarca. Cuenta, además, que su hermano llevaba un año viviendo en Balsera, en el concejo de Valdés. En Asturias recalaron tras vivir en Madrid y Guadalajara porque el padre nació en Luarca.

«Mi hermano vendía droga porque es muy complicado llegar nuevo a un sitio y las cosas no siempre son fáciles», continúa Jessica, que también confirma que, en la noche del pasado jueves, la Guardia Civil dio el alto a su hermano cuando iba en coche y que huyó del control. Desconoce con quién viajaba y de quién era el vehículo.

La Benemérita buscaba a Rubén de la Calle desde entonces. De hecho, los controles se intensificaron el viernes. Contaba con un amplio historial delictivo y pesaba sobre él una orden de detención de la Policía Nacional. No estaba en busca y captura, pero sí que, según precisa su hermana, debía personarse pronto en la comisaría de Madrid por un motivo de drogas.

Quien está ahora detenido como presunto asesino de Rubén llamó a la Guardia Civil unos minutos después de que los vecinos se alarmaran al escuchar mucho ruido en la vivienda donde ocurrieron los hechos. Permanece en Oviedo, en el cuartel de Rubín, a la espera de pasar hoy a disposición judicial.