La reciella, un símbolo del pastoreo tradicional
Los pastores y queseros de Gamonéu del puerto confían en mantener las ventas a pesar de la crisis, pero temen al lobo y el avance del matorral
GLORIA POMARADA
covadonga.
Martes, 2 de junio 2020, 00:06
La del 1 de junio es la fecha de referencia para el regreso de la reciella a los pastos del Parque Nacional de los Picos de Europa. Con la tradición cumplió ayer en la Montaña de Covadonga la familia de pastores y queseros Valle Fernández, con un rebaño de unas 90 cabras y 160 ovejas. «Ahora subimos las que vamos a ordeñar, el resto las iremos trayendo en los próximos días», explicó Manolo Valle camino a la majada de Gumartini, donde permanecerán hasta el otoño velando por sus animales y elaborando Gamonéu del puerto. Junto a su nieto Manuel, de 11 años, hizo de avanzadilla al frente del ganado caprino a lo largo de una subida que comenzó a primera hora de la mañana y que estuvo amenizada por la voz del pequeño, aficionado a la tonada. «Me gustan más las cabras que cantar», contó el joven.
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Una vez en Gumartini, para la familia al frente de la quesería homónima comienza la labor de «pelear» contra la problemática ya habitual de los daños del lobo y la extensión del matorral, a lo que se suma este año la crisis del coronavirus. Los queseros confían en que sus ventas no se vean afectadas, si bien temen los efectos del parón en la hostelería. «Cuando se está de capa caída, llega a todos. Los bares compran queso, a ver si tiene la salida de otros años», valoró Antonio Fernández. Hoy mismo, explicó, comenzarán a elaborar Gamonéu del puerto en largas jornadas que compaginan con el pastoreo. «A las seis ya nos levantamos y estamos hasta las doce de la noche», señaló.
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En esa tarea se encuentra ya desde hace ocho días el joven quesero y pastor José Luis Alonso, también en Gumartini. «Los animales están muy bien, es año de leche. Espero que las ventas se mantengan porque nuestro queso es un capricho», indicó. En su caso, alcanzó la pasada temporada una producción de más de mil kilos, todos ellos despachados.
«A los pastores, con los pocos que quedamos, no hacen más que machacarnos», lamentan en la majada de Gumartini
«No se roza un monte»
Para Alonso, la principal preocupación reside en el olvido del sector por parte de las administraciones, así como en el lobo y la falta de desbroces en los pastos. «No se acuerdan de nosotros para nada. No se roza un monte y los lobos siguen matando», resumió. En su caso, las bajas por ataques de cánidos están contenidas por el momento. «Arrimo el ganado todos los días y tengo mastines», detalló. Las mismas críticas repite el veterano Antonio Fernández: «A los pastores, con los pocos que quedamos, no hacen más que machacarnos. Como no mejore la situación, mal para los viejos, pero pobres de los jóvenes».
Esta temporada, está prevista la llegada de un total de 1.082 ejemplares de reciella a la Montaña de Covadonga, 728 de ellos de ganado lanar y 354 de caprino, según los datos del Ayuntamiento de Cangas de Onís. Son un 5% más que el pasado año, cuando se situaron en 1.029, distribuidos entre 670 ovejas y 359 cabras. En el concejo de Onís, se esperan por su parte 900 cabras y 1.100 ovejas entre el puerto alto y el bajo, cantidades que se mantienen también en la misma horquilla del año anterior.
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