Lecciones de tres años de pandemia en Asturias
El coronavirus deja la necesidad de potenciar la vigilancia epidemiológica, la incertidumbre de las secuelas persistentes y el olvido de las medidas de protección
Más de 265.000 afectados, 3.462 muertos, que, como ayer decía el presidente del Principado, «son demasiados»; cerca de 3 millones de pruebas diagnósticas realizadas; y 931.771 pautas completas de vacuna administradas. Estas son, en trazo grueso, las cifras del coronavirus en Asturias, cuando se cumplen tres años del primer fallecido por covid en la región -ayer- y del confinamiento decretado a nivel nacional -el próximo martes- para responder a una emergencia sanitaria que todavía hoy continúa activa.
La situación epidemiológica en Asturias se encuentra en un nivel de alerta bajo, cuando a principios del mes de marzo la circulación del coronavirus se daba por controlada. Este ligero empeoramiento se produce cuando las mascarillas, aunque aconsejables en caso de aglomeraciones o síntomas de infección respiratoria, ya solo son obligatorias en centros sanitarios, farmacias y residencias geriátricas.
Pero, más allá de las mascarillas o los dispensadores de gel hidroalcohólico que ahora son habituales en espacios públicos, comercios o locales de hostelería, ¿qué poso ha dejado la pandemia? ¿Qué aprendizaje se ha extraido de estos tres años de crisis sanitaria? ¿Y cuáles son los desafíos de ahora en delante? Dan respuesta a estas cuestiones Lidia Clara Rodríguez, directora general de Salud Pública del Principado; Santiago Melón, al frente del laboratorio de Microbiología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA); el epidemiólogo Pedro Arcos; y el médico de Familia Rodrigo Abad, experto en covid persistente.
Desde Salud Pública
Coordinación, vigilancia y capacidad asistencial
Para Lidia Clara Rodríguez, si algo se ha sacado en claro de esta pandemia, es «el gran valor de nuestro Sistema Nacional de Salud, en cuanto a capacidad asistencial», pero también de cara a mostrar la importancia de la vigilancia en salud pública: «Es una pieza esencial, que nos permite identificar y monitorizar los riesgos, para prevenir y controlar nuevas amenazas sobre nuestra salud». Las vacunas, «que han salvado muchos vidas», y la coordinación entre sectores y administraciones públicas son, en opinión de la directora general de Salud Pública, otros «elementos indispensables» en este balance de la pandemia.
Por delante: «Reforzar y modernizar la estructura organizativa de la vigilancia en salud pública», adecuando los recursos humanos y los sistemas de información para «hacer realidad un nuevo modelo de gobernanza de la red estatal». A lo que Rodríguez añade que «no debemos olvidar la estrecha conexión que existe entre la salud humana, la animal y la salud ambiental».
Bajo la lupa del laboratorio
Ser conscientes de que hay virus y dan problemas
En esa línea, Santiago Melón alude al hecho de que, con la pandemia de coronavirus, «nos hemos dado cuenta de que los virus existen y dan problemas», por tanto, «tenemos que vigilarlos» e «incluirlos en nuestro arsenal diagnóstico». Hasta ahora, expone el jefe del laboratotio de Microbiología del HUCA, «lo hemos fíado todo a los antibióticos» y «parecía que solo existían la hepatitis o el VIH». Pero la covid-19 ha desbaratado todos los protocolos sanitarios y ha puesto al sistema ante la necesidad de «buscar estrategias» que permitan encarar, si se producen, nuevas pandemias.
No es el único desafío. «Hemos visto que hay medidas preventivas que son muy efectivas y que deberíamos seguir recordando», plantea Santiago Melón, en cuyo equipo recayó el análisis de buena parte de las pruebas diagnósticas que se realizaron durante estos tres años de covid. «No se trata de mirar mal a quien tose o de tomar medidas drásticas. Pero no debemos olvidar que, si toses, es recomendable poner la mascarilla, haya sospecha de covid o de cualquier otro virus transmisible», subraya.
Punto de vista epidemiológico
Un «revelador fotográfico» de las tensiones del sistema
Pedro Arcos, por su parte, abunda en que «debemos dejar de pensar que una pandemia como ésta es algo excepcional», porque las zoonosis -enfermedades infecciosas que se transmiten de un animal a humanos- «son cada vez más frecuentes» y, de hecho, «se han multiplicado por tres en los últimos 30 años». Por tanto, «se repetirán cada cierto tiempo las crisis sanitarias» y «hay que mejorar los mecanismos de respuesta».
El director de la Unidad de Investigación de Emergencias y Desastres de la Universidad de Oviedo, asesor de diversos organismos, anima a tomar nota de «las tensiones y defectos» que la covid-19 ha sacado a la luz como «un revelador fotográfico». Arcos dice «no tener claro que hayamos aprendido» de esta pandemia y propone: «Reorganizar la vigilancia epidemiológica, proporcionar un marco legal que permita tomar decisiones con mayor rapidez en este tipo de situaciones y no olvidar los mecanismos de prevención. De la ventilación, por ejemplo, ya nadie habla».
En Atención Primaria
El reto de diagnosticar y tratar el covid persistente
También Rodrigo Abad, médico de Familia en Pola de Siero, cree que «el aprendizaje está siendo escaso» y «cada vez tomamos menos precauciones para protegernos y proteger a nuestro entorno del covid y de cualquier otro virus». Entiende «el hartazgo generalizado», pero también se muestra contundente al afirmar que «no debemos pensar que la pandemia ha quedado atrás y, en eso, la Administración debería seguir insistiendo».
En su caso, habla con conocimiento de causa, porque Rodrigo Abad es uno de los especialistas asturianos en covid persistente y ha intervenido, de hecho, en la elaboración del protocolo que ha puesto en marcha la Consejería de Salud para hacer seguimiento de las secuelas del coronavirus. «Se calcula que, entre el 10 y 20% de los contagiados, desarrollan síntomas prolongados y recurrentes a partir de los tres meses de haber pasado el virus». Tomando como referencia las cifras oficiales, en Asturias habría al menos 26.000 pacientes en estas circunstancias. «Están descritos más de 200 síntomas en personas. Abordar este asunto desde Atención Primaria es todo un reto», afirma Abad.