La Junta sacará hoy adelante las leyes de empleo público y calidad ambiental

Ella acusó a Barbón de ser un mal presidente, «demagogo, narcisista y soberbio», y también de no querer generar riqueza colectiva, «sino de repartir paguinas y puestinos». Y, en previsión a que el presidente insinuara que sus críticas se enmarcan en un supuesto desembarco en el PP, como ha hecho en otras ocasiones, Fernández anunció su abandono de la política «decepcionada y desengañada» tras haberse encontrado personas como él. Barbón, que se llevaba las manos a la cabeza durante la intervención de Fernández, le recriminó que hubiera conseguido, en solo unos minutos, el «récord de insultos, descalificaciones y ataques personales» en esta Cámara y, como consecuencia, añadió, «se acaba de descalificar como política, pero también como persona». «De la política también hay que saber salir», apostilló.

El turno de preguntas del penúltimo pleno de legislatura tuvo un claro tono preelectoral. Así, mientras la portavoz del grupo parlamentario popular, Beatriz Polledo, recriminaba a Barbón los bajos índices de ejecución presupuestaria de su Gobierno y trataba de abrir la brecha socialista comparando su gestión con la de su antecesor, el también socialista Javier Fernández, del que destacó un «mayor rigor», Barbón respondía con la misma moneda. El jefe del Ejecutivo regional atribuía los discursos de la portavoz popular a una «puya interna» en el PP. Concretamente, vaticinó, a un intento de «desgastar» al alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, cuyos datos de ejecución presupuestarios son aún más bajos que los del Gobierno regional.

Hubo tiempo, incluso, para entonar el «mea culpa» por el retraso en aprobación de la ley LGTBi y Trans, que quedará finalmente guardada en el cajón del Gobierno regional al menos hasta el próximo mes de mayo cuando, tal y como se comprometió el también candidato socialista, si gana las elecciones se retomarán los trabajos para que el proyecto de ley sea uno de los primeros en llegar a la Cámara. El líder socialista recibió el tirón de orejas por parte del portavoz del grupo parlamentario de Podemos, Rafael Palacios, quien le pidió explicaciones por el hecho de que una ley como está, «que tiene apoyo de los colectivos y ganaría cualquier votación en la Junta», no haya conseguido salir adelante en esta legislatura. «No sé si la hostilidad de una parte reducida del PSOE hacia la ley Trans puede tener tanta influencia como para paralizar la ley en la Junta», deslizó el diputado.

Ante tal afirmación, el presidente del Principado optó por entonar el «mea culpa» en el retraso en esta ley, convencido de que «nadie puede dudar de mi compromiso con este colectivo, al que defiendo con toda convicción». Justificó, en todo caso, que se optó por paralizar la tramitación a la espera de que saliera adelante la ley nacional para una redacción conforme a la misma, y que se decidió ampliar el ámbito de actuación previsto inicialmente para que no se limitara exclusivamente al colectivo Trans. Eso, sumado a que el anteproyecto ha recibido más de 200 alegaciones que «exigen un examen jurídico muy serio», sirvió a Barbón para justificar el retraso, al tiempo que recordó que la normativa nacional garantiza la protección del colectivo.