Llamedo: «Asturias es una joya y ahora la están descubriendo de norte a sur»
El turismo rural celebra el crecimiento en visitantes pero avisa: «Hemos perdido la posibilidad de seguir alquilando a la gente de 20 a 30 años»
R. M.
AVILÉS.
Domingo, 19 de enero 2025, 01:00
Hace ahora 40 años que un catalán, el diseñador gráfico Arcadi Moradell, diseñó a instancias del presidente Pedro de Silva la marca ‘Asturias paraíso ... natural’, un emblema que logró «definir el turismo que teníamos entonces y el que estamos teniendo todos estos años», según reconoció la vicepresidenta del Principado, Gimena Llamedo. Ayer a ella le correspondió moderar una mesa redonda en la que se analizó con el sector lo vivido en estas cuatro décadas y los retos que afronta una actividad clave tanto en la estructura económica de la comunidad como en su forma de modelar el medio rural.
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«Ya podemos decir que jugamos en la primera división del turismo, con más de 2,7 millones de visitantes el año pasado», recordó la vicepresidenta. Esa afluencia supone «alrededor de 55.000 empleos y está creciendo especialmente en temporada baja». Según su diagnóstico, se está logrando una redistribución de flujos para «crecer más en las zonas que no eran tan turísticas. Asturias es una joya y ahora la están descubriendo de norte a sur».
José Sánchez, alcalde de Cabrales ahora pero antes dueño de un alojamiento rural, recordó que cuando abría un establecimiento «los vecinos te preguntaban ‘¿qué vas a vender?’ Pues lo que veis, paisaje y paisanaje. Cualquier pueblo en Asturias tiene tres patas: gastronomía reconocida que va desde la Estrella Michelín al bar de pueblu, cultura tradicional que cada vez ponemos más en valor, y el plus que damos los propietarios, que somos del territorio y nadie lo quiere más que nosotros». Eso confiere la capacidad de «generar experiencias, como se dije ahora en plan pijo. La gente viene a preguntarnos cómo abrimos el negocio o por qué el gallo canta a las siete de la mañana».
Carmen Sela, representante de OTEA Rural con más de tres décadas en el sector, dijo que cuando abrió la primera casa de aldea «éramos 54 alojamientos, hoy somos 1.894». El cliente que se aventuró hace 30 años «lo hemos fidelizado, ha seguido viniendo cada año, y también sus hijos. Pero hemos perdido la posibilidad de seguir alquilando a la gente de 20 a 30 años, que buscan un Airbnb con casas de Ikea».
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