«Le hemos devuelto su dignidad al castillo más importante del Reino de Asturias»
Finalizada la última campaña arqueológica, el coordinador de la restauración hace balance de estos catorce años de trabajo
BORJA PINO
RAÍCES VIEJO.
Domingo, 26 de diciembre 2021, 01:37
Han pasado ya catorce años, varias campañas de excavación y un número considerable de hallazgos valiosos desde que, en 2007, Alejandro García Álvarez-Busto (Oviedo, 1974), arqueólogo y coordinador de la empresa Castrum, puso el pie en el yacimiento del castillo de Gauzón por primera vez, decidido a afrontar la titánica tarea de restaurar y mostrar al público la histórica fortaleza. Recién acabada la última campaña de trabajo, orientada no tanto a la exploración, como a la recuperación de lo previamente hallado, este docente consagrado al rescate del pasado hace balance de este largo camino, que hunde sus raíces en el extinto Reino de Asturias.
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-¿Concluye para usted y su equipo un año satisfactorio?
-Sí, creo que el balance que hacemos es positivo. Al ser una campaña que se realizó a finales de año, de octubre a diciembre, los temporales nos complicaron bastante el trabajo. De hecho, tuvimos que solicitar al Ayuntamiento una prórroga, porque no llegábamos a acabar en noviembre, aunque, finalmente, lo logramos.
-Por tanto, ¿han alcanzado las metas que se propusieron?
-Las dos que nos marcamos, sí. Para esta campaña queríamos actuar en dos frentes. Por un lado, sellar los empedrados medievales originales, que llevaban un año prácticamente a la intemperie, sin que se actuase en ellos. Por otra parte, recuperar el acceso al interior del recinto. Y logramos ambos objetivos.
-La covid impidió a su equipo trabajar durante todo 2020. ¿Se encontraron los restos muy deteriorados al volver al castillo?
-La campaña anterior, la del verano de 2019, fue el paso previo a acondicionar la entrada; de hecho, tuvimos que retirar los tablones que la cubrían, para tener acceso al empedrado original. Claro, después llegó la pandemia, y todo se detuvo, pero habíamos dejado esa zona de la entrada protegida con láminas de geotextil y plástico, y sacos terreros. Eso sirvió para que los vestigios de ese empedrado no se deteriorasen.
-Por un momento, eche la vista atrás. ¿Cuál es su balance de estos catorce años?
-Ha pasado muy rápido. De verdad, parece que empezamos el otro día... Y el recuerdo es muy gratificante. Sobre todo, por todo el grupo humano que ha pasado por el castillo, que se ha formado en él. Por el yacimiento han pasado más de doscientos estudiantes. Gauzón se ha convertido en una escuela de campo para de arqueólogos, ha asumido ese papel. Esa parte humana es muy importante; sobre todo, en un lugar como este.
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-¿A qué se refiere?
-A que el castillo de Gauzón está en ruinas y parcialmente arrasado. Tienes que hacer un esfuerzo especial para que los visitantes entiendan cómo era en el siglo X; sobre todo, los niños. También eso lo hemos logrado, y ha sido muy gratificante. Y quizá una de las cuestiones más llamativas que hemos visto es que a la gente le interesa tanto el propio yacimiento, como entender lo que es una excavación arqueológica, y cómo trabajamos en ella.
-Ayuntamiento aparte, ¿han contado con el respaldo vecinal?
-Sí, los habitantes han visto que tienen un yacimiento de primera categoría, del que no eran conscientes. En la comarca se había perdido ese recuerdo. Y también hemos contado con el interés del turismo foráneo. Está demostrado que el potencial turístico de la fortaleza de Gauzón es notable.
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-Nada que ver con lo que se toparon al llegar en 2007.
-Desde luego, y reconforta recordar cómo estaba el yacimiento entonces, y cómo está ahora. Cuando llegamos, estaba en una situación crítica. Había algunas parcelas con propietarios; otras, en cambio, no se sabía de quién eran. Y el abandono era total; había maleza, un basurero, restos de botellones... Por no hablar de los expolios a manos de excavadores furtivos. Y, ahora, ver en qué se ha convertido y lo que aporta... Le hemos devuelto su dignidad al castillo más emblemático del Reino de Asturias.
-En este tiempo, ¿qué hitos atesora con mayor cariño?
-Desde el punto de vista histórico, la idea de partida, antes de la excavación, era que Gauzón, como la mayoría de los castillos regionales, se fundó al final del Reino de Asturias. Sin embargo, comprobamos que ya había un castillo desde la época de Pelayo. Y no solo eso... El hallazgo más revelador fue que Gauzón se había construido sobre una fortificación previa, más sencilla, de la época en que el Reino Visigodo de Toledo se hizo con el control del noroeste de la Península.
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-¿De qué modo cambia ese descubrimiento la percepción de la Alta Edad Media en Asturias?
-Hasta entonces se valoraba que Pelayo o bien era un jefe local astur, o bien un aristócrata visigodo, que habría encabezado una rebelión en Covadonga contra los musulmanes, liderando a unas tribus astures poco desarrolladas, casi bárbaras. Pero la arqueología ha demostrado que aquí ya había una sociedad jerarquizada, con unas élites aristocráticas capaces de controlar el territorio, de edificar castillos, de comerciar con lugares lejanos...
-¿Semejante revelación impacta a los visitantes?
-Lo que percibimos más a menudo en ellos es sorpresa. Aquí conocen cómo era la vida en esa época; una vida, en términos genéricos, mucho más difícil que la actual, se mire como se mire. El cine ha idealizado el medievo, pero no olvidemos que Gauzón era dominado por una élite feudal a sangre y fuego.
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