Militares, policías, bomberos y docentes no universitarios recibirán la vacuna de AstraZeneca

El Gobierno dio ayer luz verde para que las comunidades comiencen de inmediato la vacunación con viales de AstraZeneca a los colectivos de personal «esencial». Eso sí, siempre que estos profesionales de las fuerzas de seguridad, militares, bomberos o docentes no universitarios no hayan cumplido los 55 años, ya que Sanidad vetó el pasado viernes la inmunización a las personas mayores de esa edad por la falta de ensayos clínicos de esta profilaxis elaborada junto a expertos de la Universidad de Oxford.

La Comisión de Salud Pública, que se ha visto obligada a elaborar contrarreloj una modificación de la estrategia nacional de vacunación ante la imposibilidad de usar las dosis de AstraZeneca para el siguiente grupo diana (los octogenarios en adelante), confirmó ayer su decisión de que las 196.800 dosis de la vacuna de AstraZeneca que llegaron el fin de semana y las 1.613.775 que lo harán este mes sean inoculadas a «profesionales y trabajadores sanitarios y sociosanitarios en activo» que no estén en primera línea de la lucha contra la covid. De este primer lote a Asturias le ha correspondido 4.160 dosis.

La Comisión aclaró que están incluidos en este grupo prioritario «colectivos en función del riesgo de exposición de la actividad laboral». Entre otros: fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, personal de oficinas de farmacia, medicina legal, servicios de ayuda a domicilio, centros de menores y de centros de día o trabajadores de Instituciones Penitenciarias.

También se autorizó a las autonomías a inocular la vacuna británica a un nuevo colectivo, que denominó 6, y en el que incluyó a trabajadores «con una función esencial para la sociedad». En este grupo entrarán miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad (Policía Nacional, Guardia Civil, policías autonómicas y policías locales), personal de emergencias (bomberos y otros) y Fuerzas Armadas. Igualmente, se considerarán de «función esencial» los docentes y el personal de educación infantil y necesidades especiales, y los profesores de Primaria y Secundaria.

El Gobierno aprovechó para dar un golpe encima de la mesa y frenar en seco la intención de algunas comunidades, como Cataluña, de fijar su propio plan de vacunación aprovechando la confusión generada por la falta de fiabilidad de las profilaxis en los grupos de edad más avanzado.