El ministerio propone crear 1.200 plazas de Medicina para paliar la falta de personal

El secretario general de Universidades, José Manuel Pingarrón, ha anunciado que el ministerio está dispuesto a aumentar un 15% las plazas de Medicina sin cambiar los planes de estudio. Esto supondría llegar a las 8.800 plazas para alumnos de nuevo ingreso, 1.200 más que las ofertadas este año. La cifra cubriría las necesidades de médicos en España pues, tal como señaló Pingarrón en el III Observatorio de la Sanidad celebrado en Madrid, «hay un estudio del Ministerio de Sanidad que concluye que España tiene una falta de mil médicos al año». De este modo, «cumpliríamos con el hito de tener mil plazas más según las necesidades de dicho estudio». Un incremento que, señaló, tendría lugar «manteniendo los mismos estándares de calidad», un aspecto que preocupaba a las universidades.

En palabras de Pingarrón recogidas por 'El Español', «según el Ministerio de Sanidad hay sitio para prácticas para todos los estudiantes». E incluso «parece asumible» el aumento de profesorado, ya que Hacienda está dispuesta a sufragar el coste al menos durante los próximos años». Todo responde, abundó, a la «conciencia general de que hay que abordar este aumento y que el gasto no es único de las comunidades».

El anuncio llega escasas semanas después de que la Universidad descartase ya dicho incremento. Después de que el propio vicepresidente autonómico, Juan Cofiño, señalase en una entrevista a EL COMERCIO que «formar médicos es una cuestión de Estado», Principado y Universidad se pusieron manos a la obra. La propia institución académica llegó a avanzar que el número de plazas de nuevo ingreso iba a crecer de las 150 actuales a 180 en cuatro años. En aquel mismo momento también expresaba el rector que la solución, en cualquier caso, resultaba compleja. Por dos motivos: porque «está saturada la posibilidad de ofrecer prácticas ya que solo hay tres hospitales universitarios» y por «el serio problema del profesorado», pues no deja de bajar la cifra de profesores vinculados, a lo que se suma el envejecimiento de la plantilla.

Nueve meses después, en julio de este año, lo descartaba. De nuevo en una entrevista con EL COMERCIO, aseguraba que «la facultad de Medicina está al límite de su infraestructura» y que las plazas ofertadas (150) «no son un capricho. El análisis de la capacidad real, de profesores y espacio respecto a las prácticas nos permiten llegar a 150. No hay ni infraestructura ni medios para ofertar más». Pese a todo, haciendo un esfuerzo, «se podría llegar a las 180, pero implicaría una fuerte inversión». Tan solo incrementar diez plazas supondría 300.000 euros al año. Y tendría que ser el Principado quien los aportara. En aquel momento, Ignacio Villaverde aseguraba que no tenía previsto pedírselo, «porque tenemos otras urgencias».

El presidente del Principado, Adrián Barbón, a consultas también de este diario, aseguró recientemente, un año después de las declaraciones de Cofiño, que las 150 plazas del grado están bien. Que el problema no está en esa formación inicial, sino en «la posterior», en las referentes a las plazas de Médico Interno Residente (MIR), «que sufrieron un recorte durante el gobierno de Mariano Rajoy y que amplió María Luisa Carcedo en su etapa como ministra de Sanidad». Confiaba que, siendo la de Carcedo una medida adoptada en 2018, «empiece a ver sus frutos en el año académico 2023-2024, porque fabricar un nuevo médico lleva su tiempo». Lo que está claro, en cualquier caso, es que «hay más jubilaciones que médicos que salen y eso provoca un déficit de personal sanitario».

En todo este contexto, el decano de la facultad de Medicina, José Antonio Vega, ha reiterado en varias ocasiones que es «un asunto que hay que estudiar muy bien». En línea con lo manifestado por el rector, sostiene que «los hospitales no tienen capacidad ni profesorado para formar a más estudiantes de Medicina o enfermeras» y pide «planificar todo con cuidado y la vista puesta en el futuro». Teniendo en cuenta, entre otros factores, la evolución demográfica de la región.

A lo mejor, añadía José Antonio Vega, «más que incrementar el número de sanitarios que se forman en nuestras aulas conviene ofrecerles mejores condiciones laborales y económicas para que se queden y para que regresen los que se han ido. Para problemas complejos no existen soluciones fáciles ni valen improvisaciones».