Obras de acabado de la calzada generan retenciones en la 'Y' a la altura de Parque Principado
La adecuación final del tramo sobre el que se está actuando obligará a cortar en agosto de forma alternativa ambas calzadas en dicha zona durante al menos 14 días
Las obras que se están llevando a cabo para rematar parte de la calzada de la autopista 'Y' están generando a estas horas importantes retenciones, al tener que regular el tráfico hacia un solo carril en esa zona. Como adelantó EL COMERCIO, la adecuación final del tramo sobre el que se está actuando obligará a cortar en agosto de forma alternativa ambas calzadas en dicha zona durante al menos 14 días, por lo que se recomienda buscar recorridos alternativos, en particular para los conductores que tienen que pasar por dicha zona todos los días.
En estos momentos las obras para ampliar las calzadas de la 'Y' entre Lugones y Oviedo y reformar los accesos del tramo están en su recta final, con una ejecución que supera el 80% del proyecto y menos de 100 días para la entrega de la infraestructura. En esta etapa las afecciones serán importantes, sobre todo en agosto, cuando para extender la última capa de aglomerado, con características especiales para minimizar el ruido, se deba proceder al corte de una de las calzadas. La maniobra ocupará unas 14 jornadas, en días alternos, y permitirá que el resultado sea una capa uniforme, con huecos por los que fluya el agua de lluvia y el ruido de los neumáticos pueda diluirse.
Esa reducción del ruido que provocaba el firme original, de hormigón armado estriado, la están empezado a experimentar los conductores. En el subtramo más al norte hay unos 700 metros de capa de aglomerado para regularizar la superficie. No es la definitiva, pero el paso del hormigón estriado a ese material ya provoca un cambio notable.
Las obras, iniciadas a finales de 2019, se han venido organizado hasta ahora siguiendo una máxima: dejar dos carriles libres para el tráfico diurno. Son más estrechos que los originales, y están suponiendo una limitación a la circulación de 60 kilómetros por hora, justificada por el hecho de que a escasos centímetros están los operarios trabajando. Técnicamente no era posible mantener esa situación durante el extendido de la capa final, pues, para que quede con las características óptimas, es necesario aplicarlo en todo el ancho de la calzada. Hacerlo de otra forma implicaría que en el futuro los conductores encontrarías láminas de agua y charcos en la parte central de la calzada.