Una pareja de turistas franceses encuentra un oso muerto en Cangas del Narcea
Cuando la pareja se dio cuenta de que el oso yacía muerto se pusieron en contacto con el servicio de emergencia. Las primeras hipótesis revelan que el plantígrado se despeñó de las rocas de la Peñona a causa de una pelea con otro macho
carlos bernal
Viernes, 6 de mayo 2022, 15:14
«Esto solo pasa en Asturias», subraya boquiabierta Bernadette Lucq, la turista francesa que descubrió al oso, al ver cómo ocho agentes de la consejería de Medio Rural arrastran al plantígrado envuelto en una lona hasta la parte de atrás de una camioneta. «En Francia no pasa porque no tenemos tantos osos como hay aquí», aclara la turista que junto a su pareja Philipe Lucq, descubrió al oso pardo fallecido en la ladera de la Peñona, en la localidad canguesa de Gedrez, el día anterior.
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La pareja lo avistó por la mañana, cuando realizaban una ruta en las inmediaciones de Gedrez con el propósito de ver al oso pardo cántabro, aunque la idea era avistarlo vivo. «Caminamos por la ladera de enfrente de la Peñona, serían las diez de la mañana, vimos una cosa negra que no se movía. Nos dimos cuenta de que era un oso que seguramente estaba muerto, esperamos una hora y entonces llamamos al 112», revela Lucq en un perfecto español.
Los servicios de emergencia del SEPA trasladaron el suceso a la consejería de Medio Rural que mandó esta mañana a ocho agentes con órdenes de trasladar al oso al departamento forense para realizarle la necropsia que desvelará el motivo de su fallecimiento. Por ahora las primeras hipótesis apuntan a que el oso se habría despeñado de la ladera rocosa que conforma la falda de la montaña de la Peñona. «Es algo común en esta época del año que se encuentren osos muertos, en época de celos se pelean con otros machos», esclarece uno de los operarios de la consejería tras haber incorporado al oso en la parte de atrás de la camioneta. «Hemos decidido ir a buscarlo nosotros a pie para que el helicóptero no espante a las osas que están viviendo con sus crías en esta zona», explica el agente.
«Que fuertes estáis los asturianos», grita entre risas Bernadette, la francesa está contenta porque ha resultado ser una muerte por causa natural y no debido al furtivismo, algo común en su lugar de procedencia, según asegura. «Era un oso pequeño, de apenas tres años, si llega a pesar 200 kilos no hubiésemos podido con él», responde a la turista el operario sonrojado tras el piropo.
Los operarios se suben a sus camionetas para trasladar al oso al departamento forense. Philippe y Bernadette Lucq se recogen a su hotel rural, contentos de escuchar la noticia de que el plantígrado murió por causas naturales. La reciente noticia del asesinato de la última osa autóctona de la ladera pirenaica francesa, les tiene aún muy conmocionados. «Fue una tragedia nacional escuchar que no quedan osas autóctonas en los Pirineos y tan solo 8 machos, menos mal que en Asturias es diferente». En los últimos años el oso pardo del cantábrico ha pasado de estar a punto de desaparecer a reunir una comunidad de 400 ejemplares entre el occidente y el oriente de Asturias.
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