La Virgen del Acebo, ayer, durante la procesión. C. B.

«Salud» y «buenas notas» piden los cangueses a la Virgen del Acebo

Cientos de romeros peregrinan, a pie, caballo o moto, hasta el santuario repletos de manjares para celebrar la fiesta a lo grande

C. BERNAL

CANGAS DEL NARCEA.

Sábado, 9 de septiembre 2023, 00:53

El peregrinaje hasta el Santuario del Acebo, a 1.174 metros de altitud, se hace cada 8 de septiembre. Desde el valle de Cibea ... hasta Santiago de Sierra, cientos de caminos se encaraman hasta la cruz de piedra de 'la santina' del suroccidente. Más de 800 metros de desnivel que, con devoción, abuelos y nietos caminan del brazo para pedir «salud y buentas notas». Unos suben en moto y otros tantos lo hacen a caballo o caminando.

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«Hacía años que no veía tanta gente subiendo a pie», constataba una de las hermanas de la familia Cuayao, que subía desde Corias. Una travesía que completaba en dos horas y cuarto para, una vez hecha la ofrenda -«salud para nuestros mayores»-, volver a bajar a por la merienda. «La segunda subida se hace ya en coche, y es mejor», comentaban.

No todos. Los artesanos Salvatore Recúpero y David Álvarez coronaron el santuario caminando las dos veces: «Una por el disparo de nuestros vecinos allandeses en el Avellano y otra por nuestra descarga». Este día está cargado de costumbres, pues, como decían los Bonitos y los López antes de llegar a la ermita, «esta es una tradición que hacemos en familia y con amigos». «Yo voy a pedirle buenas notas», imploraba la pequeña de los López.

Tras la misa y la procesión, los peregrinos cambiaron de tercio para comer, beber, cantar y bailar. Llegaron mesas repletas de manjares de los establos y huertas propios. La familia García, de El Cabanal, ofreció a los de Tandes, jamón cocido, cecina, empanada, buñuelos de bacalao y frixuelos. José Antonio, de Casa Casimiro correspondía con su sidra casera. Y casa El Peire, de Bornazal, remataba con tarta de manzana y bizcocho de almendras.

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Para amenizarlo, Luis Ansola recitó unos versos de Gervasio Suárez: «Del derecho y del revés soy de Cangas, soy cangués» y Manuel Campo cantó 'A la virgen del Acebo', tonada escrita por su padre, Manolo 'El Serrador'. «Mi ofrenda es la preocupación diaria por que el santuario esté cada día mejor», decía Juan José Blanco, arciprestre del Acebo.

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