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Un viñedo ubicado en la zona de Las Barzaniellas, en Cangas del Narcea. B. G. H.

La DOP Vino de Cangas gana 5 hectáreas

La plantación de nuevos viñedos se distribuye entre Cangas del Narcea, Ibias, Allande y Pesoz y aportará unos 25.000 kilos de uva

BELÉN G. HIDALGO

cangas del narcea.

Miércoles, 12 de agosto 2020, 00:04

La superficie de viñedo ligada a la Denominación de Origen Protegido (DOP) Vino de Cangas continúa creciendo. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ya ha distribuído las autorizaciones para nuevas plantaciones de viñedo y de las 4.750 hectáreas autorizadas en España, 4,95 pertenecen a Asturias. Todas se localizan, eso sí, en la zona de producción de la DOP Vino de Cangas que representa apenas un 0,10% del total nacional. «Todas las autorizaciones están vinculadas a proyectos de la DOP», afirman desde la marca de calidad, que estima que una vez que las plantaciones alcancen su máximo rendimiento podrían sumar hasta 25.000 kilos de uva.

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Según los datos facilitados por la Consejería de Desarrollo Rural, Cangas del Narcea es el municipio con mayor superficie autorizada con un total de 3,72 hectáreas que se distribuyen en seis parcelas. Ibias ocupa el segundo puesto del ranking al sumar 0,69 hectáreas de nuevo viñedo en siete fincas. En Pesoz, el municipio más al norte de la comarca incluido en el territorio de la DOP se autorizó una única plantación con una extensión de 0,39 hectáreas; mientras que en Allande el viñedo a sumar se divide en dos parcelas que suman 0,13 hectáreas.

Futuro optimista

El crecimiento de la superficie de viñedo crece «poco a poco», señalaron desde la DOP. Sin embargo, son optimistas y confían en mantener esta tendencia en el futuro. «Hace falta más viñedo. Ojalá se sigan sumando hectáreas año a año», subrayaron. El viñedo vinculado a la DOP Vino de Cangas suma en la actualidad 40 hectáreas de terreno, una superficie que lo sitúa dentro de las conocidas como pequeñas denominaciones.

Precisamente una de las reivindicaciones de los productores al Ministerio fue la flexibilización de esta normativa. Desde 2019 se considera como pequeñas explotaciones aquellas que oscilan entre 0,5 y 50 hectáreas, lo que prácticamente les asegura que se les conceda de forma automática autorización para el total de superficie que soliciten, sin entrar a competir con grandes zonas vinícolas del país.

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