190 kilos de la «joya gastronómica» de Los Beyos

La pandemia en 2020 y los estragos de las lluvias en 2021 habían impedido que Ponga festejase en los dos últimos años su «joya gastronómica», el queso de Los Beyos. Tras el obligado parón, el concejo recuperó este domingo un certamen nacido en 1984 y que alcanza ya las 37 ediciones en San Juan de Beleño. En la «alegría» de recuperar la cita tras los «duros momentos» incidió la alcaldesa, Marta Alonso, quien ensalzó cómo los ponguetos «han sabido mantener sus costumbres». Una de ellas es la del queso, «fruto del trabajo de las personas que lo elaboran y de los ganaderos, que hacen posible el mantenimiento de nuestros montes», ensalzó.

Mantenerse es precisamente el objetivo al que se aferran los productores, con cifras a la baja. Al certamen acudió tan solo una de las dos queserías de la indicación geográfica protegida (IGP), la que la familia Pilar gestiona en la localidad amievense de Cirieño. La quesería La Collada se hizo así con el premio en la categoría profesional. «Somos los que resistimos», apuntó Salvador Pilar, quien reconoció que es necesaria mayor promoción. Con quesería desde 1987, los Pilar terminaron por dejar la ganadería para centrarse en la elaboración. «Compramos la leche porque no rentaba», explicó el padre de la familia, que ha encontrado el relevo en su hija Aurora. A San Juan de Beleño acudieron con 90 kilos de quesos de cada una de las tres leches: vaca, cabra y oveja, que se vendieron a 17, 20 y 22 euros respectivamente.

En total se pusieron a la venta 190 kilos de Los Beyos con notable éxito entre el público. A la quesería profesional se sumaron otros siete elaboradores artesanos, todos ellos de Ponga: Carlos Tanda y José Ramón Tanda, de Viegu; José Ángel Moriñigo, Jesús Moriñigo y Covadonga Caspio, de San Ignacio; Esperanza Alonso, de Cadenava; y Alejandro Yano y Silvia Yera, de Sobrefoz. Estos últimos se alzaron con el primer premio de la categoría de artesanos, un reconocimiento que les llega tras cinco años elaborando queso. «Al principio es muy complicado. No teníamos tradición, pero dijimos, ¿por qué no?», explicó Silvia Yera. De la elaboración ensalzó el mimo que en ella depositan y lo singular de cada queso, pues «ninguno sale igual, depende de la temperatura, la humedad, la leche...». Por el momento, y pese a contar con ganadería propia, en sus planes no entra dar el paso hacia la profesionalización. «Estaría bien vivir de ello, pero es muy sacrificado», indicó.

Con el segundo y tercer premio se alzaron Esperanza Alonso y Carlos Tanda. La apreciación común entre los artesanos es que las producciones que elaboran son escasas y centradas en el autoconsumo, si bien detectan demanda externa. Entre los motivos que les disuaden de apostar por la actividad de forma profesional está la rentabilidad, la disminución de la cabaña ganadera o la falta de relevo.

El pregón del certamen corrió en la 37 edición a cargo de la presentadora Ana Francisco, quien prometió «ser una grandísima embajadora del queso de Los Beyos, que subirá hasta la cima de 'El Picu'». A la capital pongueta acudió además una amplia representación de alcaldes de toda Asturias, así como el secretario general y portavoz parlamentario de Foro, Adrián Pumares, acompañado de la presidenta del partido, Carmen Moriyón. Pumares reclamó ayudas directas para el campo y «una ley que facilite la venta de productos alimentarios de los pequeños productores a la hostelería». Criticó además «la falta de apoyo del Gobierno del Principado a los productores» y los pagos por los daños del lobo.

Durante el día grande de Los Beyos también los niños del aula de Beleño del CRA Picos de Europa fueron protagonistas, pues recibieron un reconocimiento y regalos por parte del Ayuntamiento.

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