La residencia de Infiesto celebra su 28 aniversario tras «meses durísimos»

«Para la normalidad queda un poco, pero vamos vislumbrando la luz al final del túnel». Con esa esperanza celebraron ayer en la residencia de mayores de Infiesto su 28 aniversario, un acto reducido a la visita de la gerente del ERA, Ana Suárez. Los últimos, recordó el director del centro, Javier Llaneza, fueron «meses durísimos para los residentes», pues tras sortear la primera ola, el virus penetró en la residencia el 29 de noviembre. Los contagios registrados fueron diez y, por suerte, «la gente se recuperó y no quedaron secuelas», destacó Llaneza. A la dificultad de tener a los mayores «aislados en las habitaciones, sin salir y sin visitas» se sumó el «estado de tensión y nervios» que atravesó la plantilla. Ahora, todos ellos miran ya al futuro sin relajar las medidas, pero más tranquilos gracias a la vacunación. «El poder de la inmunización tiene su efecto, no estamos teniendo apenas casos y hay que empezar a retomar cierta normalidad», destacó la gerente del ERA. Ana Suárez agradeció además el «esfuerzo de todos los profesionales, de los residentes y de las familias».

La residencia de Infiesto cuenta actualmente con 58 usuarios, si bien están pendientes de nuevos ingresos, paralizados hasta ahora por la crisis sanitaria.