Los osos causan diez veces menos daños que el lobo en Asturias

La población de oso pardo cantábrico crece a un ritmo del 10% cada año, según el último libro editado por la Fundación Oso Pardo. La investigación analizó los expedientes pagados por daños atribuidos a la especie. En Asturias entre 2009 y 2018 se les atribuye un total de 3.591 denuncias. En el mismo periodo al lobo se le han achacado 37.336 ataques de diversa índole. Es decir, el cánido provoca diez daños por cada uno de los que se atribuyen al oso.

La comparativa es solo indicativa, pues la mayoría de los expedientes del lobo son por perjuicios al ganado, mientras que los ataques de oso a la cabaña ganadera vienen incrementándose, pero distan de ser el principal problema que causa. En la cordillera cantábrica son algo más de 250 los expedientes tramitados por arruinar panales de miel en 2018, año en el que los ataques al ganado fueron poco más de 200.

Con todo en la Fundación Oso Pardo consideran que los expedientes están lejos de reflejar la realidad. Si se analiza territorialmente los expedientes provocados por el oso, resulta que hay «notables diferencias en la intensidad de los daños entre municipios, a veces incluso limítrofes y con similares condiciones de hábitat y de explotaciones agropecuarias». Los concejos que en Asturias reportan más ataques al ganado son Somiedo, Belmonte de Miranda, Proaza, Degaña e Ibias, subrayan.

A los especialistas les llama la atención que los expedientes por daños en la subpoblación oriental sean testimoniales, pese a tener también una importante cabaña ganadera. Además en otros países europeos los ataques se centran en ovejas, mientras en la cordillera los expedientes mayoritariamente se centran en vacas.

«Creemos que los expedientes de reclamación de daños de oso no representan los ataques reales», concluye la FOP, que pide investigar mejor los casos que se denuncian para determinar si el oso atacó al ganado o se nutrió de un animal ya muerto.

Los representantes de los ganaderos tienen su propia lectura. «Llevamos advirtiendo desde hace tiempo que lo de Sonande podía pasar; en Cangas del Narcea en otras cuatro ocasiones estuvo a punto de ocurrir pero las personas a las que se acercó el oso tenían perro o huyeron», manifiesta Mercedes Cruzado, del sindicato Coag.

También ayer el presidente nacional de Asaja, Pedro Barato, se pronunció sobre el caso durante su visita a los Picos de Europa. Según apuntó, en otras zonas de España, como Huesca o Navarra, el plantígrado ya ha generado «polémica» con anterioridad, si bien la situación se agrava cuando «ataca a una persona que está dando un paseo por los alrededores del pueblo». «Algún idiota puede decir que si se hubiese quedado en su casa eso no ocurriría, esa señora tiene derecho a pasear como toda la vida en su pueblo o en las afueras de su pueblo», afirmó.

Barato indicó asimismo que «cuando queremos meter estos animales salvajes en una urna de cristal, al final estalla» y advirtió que «con el lobo va a ocurrir lo mismo». «Estas cosas tienen que estar controladas, porque si no se hace podemos tener esos accidentes», abundó.