«La pobreza se enquista en Asturias», afirma Cáritas, que urge un plan integral

Los números van a la baja, «pero las situaciones de pobreza se enquistan». Ignacio Alonso, director de Cáritas, resumió así los datos que incluye la Memoria 2017 de la entidad. Porque aunque la cifra de personas ayudadas bajo un 7% el año pasado, hasta quedar en 19.014, y la de familias un 4%, con 5.723 casos, «la realidad es que la situación no mejora».

No lo hace porque, en palabras del director de Cáritas, Ignacio Alonso, «la puerta del empleo no se ha abierto para todos igual». Así lo demuestran los datos recabados a lo largo del año pasado por 196 equipos. «Del total de familias atendidas, 5.723, nos encontramos con 555 en las que, al menos, hay un miembro trabajando». Pero el empleo «precario, tanto en tipo de contrato como salario», precisó la responsable del departamento de análisis, Carmen Álvarez, «hace que necesiten la ayuda de Cáritas».

Como la necesitaron, «las 1.779 familias que llegaron, el año pasado, por primera vez a Cáritas. La desigualdad se está enquistando y nos tememos que, como antes de la crisis, los casos de pobreza se invisibilicen tras las noticias de que la economía mejora», señaló Alonso.

Una mejora macroeconómica que choca con la realidad que se encuentran en la entidad. «En Asturias, la pobreza se hereda. Vemos cómo atendemos hoy a familias de las que, en su momento, atendimos a sus padres e, incluso, a sus abuelos», lamentó la secretaria general de Cáritas, Mari Luz Baeza.

En su opinión, Asturias debe reflexionar «qué está haciendo con la infancia», ya que «atendemos a 2.187 familias con menores. Es necesario un plan urgente de atención integral». Acompañados del delegado episcopal, Jesús Rodríguez, los portavoces de Cáritas pusieron de nuevo el acento «en el alto número de personas con problemas de salud mental que viven en la calle. Se alojan en albergues que no tienen preparación para atenderles». Un aviso reiterado al que, según explicó Ignacio Alonso, «el Principado responde con un decreto de atención sociosanitaria que solo está en el papel. La realidad es que esas personas siguen en la calle sin tratamiento».

Asimismo, aseguran, hay muchas personas «que no pueden pagarse sus medicamentos». «El número de quienes solicitaron ayuda para la salud creció un 13%, hasta llegar a 236», detalló Carmen Álvarez. Todo con unos recursos «limitados. Destinamos 7,2 millones el año pasado. En 2018 a ver qué podemos hacer, puesto que, de mano, ya hemos visto reducido un 40% la aportación que el Principado nos hacía a través del IRPF», criticó Alonso.