Uno de cada tres presos en Asturias cumple condena por delitos de violencia de género

Un informe que demostraba el paulatino cambio del perfil de presos en un país que pasó de 'permitir' el asesinato de la esposa que cometiera el delito de adulterio, lo que ocurrió hasta la reforma penal de 1978, a castigar con penas de cárcel la violencia física, psíquica o económica cometida sobre la mujer tras la aprobación en 2004 de la Ley Integral de Violencia de Género.

Una ley referente a nivel mundial, pionera en Europa, y no porque lo digan los políticos españoles, que la votaron por unanimidad, sino porque así lo recoge el Convenio de Estambul, presentado en 2011 y en vigor desde 2014. Dos décadas después de entrar en vigor, los efectos de la Ley Integral también se han notado en el Centro Penitenciario de Asturias.

En marzo de este año, de los 980 internos en la prisión asturiana, 80 son mujeres y 293 son hombres que están en la cárcel por haber cometido un delito de violencia de género. Es decir, el 32% de los presos en el Principado lo son tras haber sido condenados por algún tipo de agresión machista. En libertad vigilada, con un sistema telemático que puede ser tobillera o pulsera, lo están otros 59, también condenados por violencia de género.

En ambos casos, es un volumen muy superior al registrado en 2012. En ese año, la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, comenzó a realizar boletines estadísticos, tanto mensuales como anuales, en los que recoge toda la información relativa a la violencia machista. Da cuenta de las víctimas mortales, los huérfanos, las llamadas al 016 (el teléfono gratuito abierto las 24 horas los 365 días), los sistemas de protección, los casos abiertos y, también, el número de hombres que están cumpliendo condena por haber maltratado, en cualquier grado, a su pareja o ex.

Y los datos indican que el delito de violencia de género ha ido a más. En 2012, en la prisión asturiana eran 159 los internos condenados por violencia de género. En libertad vigilada por el mismo concepto estaban ocho agresores machistas. Lo que se traduce en un incremento del 45% de asturianos en prisión y en multiplicar por siete el caso de los asturianos en libertad vigilada.

Unas cifras que llegan de la mayor presión judicial sobre unos delitos que tienen su consecuencia más grave el feminicidio. Asturias cerró 2012 con un asesinato machista. El de Rosario García, cosida a puñaladas por su marido en el domicilio que compartían en el gijonés barrio de El Llano. Fue el suyo uno de los 52 feminicidios en España aquel año.

En el mismo en el que en los tribunales asturianos se fallaron 417 sentencias condenatorias por violencia machista. El 64% del total de juicios celebrados por esa materia. En 2024 (el último año con estadística judicial completa) las sentencias condenatorias llegaron al 97% del total. El año pasado fueron 48 las mujeres asesinadas en España por su pareja o ex. Ninguna en Asturias.

De hecho, el 31 de enero de este año se rompió una racha de región libre de feminicidios. Francisco F. mató a puñaladas, en plena calle en Sama, a su pareja, Karilenia Ch. El último había sido el de Teresa Aladro, tiroteada por su ex marido, Senén Fernández, en mayo de 2021.

Una violencia machista que no es exclusiva de los adultos. En los juzgados de menores también hay condenas por agresiones de adolescentes a sus novias. En 2012, fueron tres los condenados a privación de libertad por haber atacado a su pareja. En 2024, cinco. Todos fueron internados en Sograndio.