Homenaje al hombre que abrió Sariego al mundo

Francisco Javier Parajón Vigil nació hace 65 años en Sariego donde creció, trabajó, formó familia y gobernó durante casi media vida. Conoce cada palmo del municipio y ahora disfruta de la jubilación laboral y política, pero la tranquilidad que le da atender su huerta se ha visto interrumpida por el reconocimiento que el partido independiente Progreso Municipal de Sariego (Promusa), del que formó parte, ha decidido brindarle.

Así las cosas, el Pleno aprobó el 28 de enero concederle la Insignia de Oro por su trabajo y dedicación al concejo durante los treinta y seis años que estuvo ligado a la vida municipal, veinticuatro de ellos como alcalde. «Siempre es una satisfacción que se acuerden de uno y en este caso también un orgullo porque es la máxima distinción del municipio, espero haber cumplido lo que querían de mí», señala emocionado.

Con este homenaje se cierra, además, un círculo que él mismo comenzó cuando en 2005, durante su cuarto mandato, el Ayuntamiento concedió la primera distinción. «Por aquel entonces consideramos que había personas que merecían un reconocimiento especial, creamos el Reglamento de Honores y Distinciones y ya lo han recibido políticos, colectivos, profesores, gente de a pie...», apunta.

La propuesta del equipo de gobierno, liderado desde el pasado mes de mayo por Saúl Bastián, obtuvo los cinco votos a favor de Promusa y el apoyo de Juan Arboleya, edil del PP. Por su parte, José Antonio Noval, concejal de IU y Luis Álvarez, del PSOE, votaron en contra, mientras que el portavoz socialista, Iván Díaz, se abstuvo.

Y aunque a Parajón le hubiera gustado un mayor consenso en las votaciones, lo tiene claro: «Tienes que hacer las cosas para la mayoría, entiendo la postura de quienes votaron en contra, pero ellos tienen que entender también que yo fui alcalde no porque yo quise, sino gracias a la voluntad de los vecinos, que fueron quienes me eligieron en las urnas con mayoría absoluta durante veinticuatro años», defiende.

Una postura que coincide con su gestión en el Ayuntamiento. «Creo que se hizo un trabajo importante, siempre miramos por el bien de la mayoría y yo nunca tuve en cuenta las presiones, que las hubo, que ejercían unos pocos que buscaban únicamente el beneficio individual e intereses particulares», apunta.

No en vano puede decirse que, con su labor, Parajón abrió Sariego al mundo. Su trabajo en el campo lo llevó en un principio a presidir de forma local la Hermandad de Labradores y, posteriormente, la Cámara Agraria. Y parece que ahí le picó el gusanillo de la política. «Por aquel entonces ya organizábamos algún que otro sarao y empecé a ver que se podían hacer muchas cosas por Sariego», recuerda.

Y en 1979 se convirtió en concejal. «Había mucho por hacer, era un municipio muy humilde, pero sí tenía ideas y con el paso de los años me enganché», reconoce entre risas. Doce años después era él quien encabezaba la lista electoral y en las tres décadas siguientes, logró ganarse el cariño de sus vecinos y poner Sariego en el mapa, dotándolo de servicios y convirtiéndolo en un municipio que combina a la perfección lo residencial con lo rural.

«Ahora hay infraestructuras, equipamientos, polígono con varias empresas funcionando y generando empleo, la red de saneamiento general lista para que los barrios se enganchen y áreas recreativas», enumera Parajón. Sin olvidar las iniciativas culturales, de las que se muestra especialmente orgulloso. «Apostamos por ellas aunque muchos nos criticaron por ello y lo cierto es que dan mucha vida al municipio como la Feria Agroalimentaria, el Concurso de Sidra Casera o la Semana Cultural y del Deporte», añade.

Precisamente será durante los actos organizados con motivo de la Semana Cultural cuando Parajón recibirá la Insignia de Oro. El acto, abierto al público, se celebrará el 12 de marzo, en la iglesia vieja de Santiago y posteriormente habrá una espicha en Trabanco.

Visita real en 2006

Casi cuatro décadas en el Ayuntamiento dan para mucho y el exalcalde conserva muy buenos recuerdos de su etapa, pero si tiene que quedarse con uno, no lo duda. «Cuando nos dijeron que éramos Premio Pueblo Ejemplar fue un momento inolvidable», reconoce. Corría el año 2006 y aquel día la Junta de Gobierno que estaba programada se suspendió para dejar paso a la fiesta de celebración. También la posterior visita, ese mismo año, del por entonces Príncipe Felipe dejó huella en Parajón. «Aquel día la gente vibró, todo Sariego estaba allí como un pueblo unido».