Localizan en un bosque, en buen estado de salud, a Elena Solares

Cuarenta horas de intensa búsqueda con final feliz. Elena Solares Mayor, la mujer de 84 años que desapareció el lunes por la tarde en la parroquia saregana de San Román, fue localizada ayer, en torno a las diez de la mañana, consciente y en buen estado de salud. «Ayúdame a levantarme, que llevo aquí dos días», fueron las primeras palabras que le dirigió a Fermín Álvarez, vecino de la localidad sierense de Hevia y amigo de uno de sus nietos, que se unió a primera hora de ayer al dispositivo de búsqueda junto a la pareja formada por Isaac y Patricia.

Cuando la encontraron, los tres estaban batiendo la zona de La Pinga, un área muy boscosa ubicada en el monte de El Faeu, a unos cincuenta metros de la carretera que une San Román con Nava y a unos cuatrocientos de su domicilio. En las cercanías también hay un antiguo lavadero. «Estaba tendida en el suelo, cerca de un camino por el que al parecer se pasaba hace muchos años, pero que ahora está cerrado», explicó Álvarez. Antes de moverla, le dieron agua y llamaron a los efectivos que participaban en el rastreo. «Tenía algunos golpes y magulladuras, pero estaba tranquila, a pesar de llevar dos días sin comer ni beber solo estaba algo cansada y se acordaba de todo», añadió.

Elena fue porteada en una camilla nido hasta la ambulancia de soporte vital básico que había desplazado el Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) con el equipo médico del consultorio de Sariego y por precaución, fue trasladada a Oviedo al Hospital Universitario Central de Asturias, donde permaneció unas horas en observación.

Antes del traslado le dio tiempo a ver a uno de sus dos hijos, Luis Alberto Foncueva y a Rubén uno de sus nietos. «¿Dónde estuviste ayer que no me andabes buscando?», le reprochó. El joven, que junto a toda la familia participó de forma activa en la búsqueda desde el primer momento, se lo tomó con humor. «Lleva dos días desaparecida, pero todavía tenía ganas de reñir», apuntó. También les confesó su única inquietud: «Había una de mosques... Mucho me molestaron».

Sus familiares la definen como una mujer con carácter, algo que la ayudó a sobrellevar las cuarenta horas que estuvo en el bosque. Las cálidas temperaturas por las noches y el hecho de encontrarse en una zona boscosa en la que no da el sol, ayudaron también a que se mantuviera en buen estado de salud.

Asimismo, Elena comentó que había escuchado a su perra ladrar y que había pensado que no le habrían dado de comer. También sintió que la buscaban, pero no pudo responder a las llamadas de los efectivos y voluntarios, identificó el ruido de los helicópteros y hasta los fuegos artificiales que se descargaron el martes por la noche en las fiestas de San Pedrín de la Cueva. Llegó a dormir en dos lugares diferentes, el martes en el sitio donde la encontraron y el lunes, unos metros más arriba.

«Ya pensábamos lo peor»

Mientras su madre estaba en el hospital, en casa de su otro hijo, en el núcleo de El Monte, respiraban aliviados. Allí había acudido Elena el lunes para ver a su biznieta y a las seis de la tarde había emprendido el camino de vuelta a San Román. No había querido esperar a que la llevaran en coche. «Ya empezábamos a pensar lo peor», reconoció Juan José.

Él no pudo verla cuando la localizaron porque en ese momento se encontraba en las inmediaciones de Pandenes, en el concejo de Cabranes, donde había iniciado la búsqueda, y tuvo que esperar a acudir al hospital. «En el camino que apareció yo ni lo conocía, lleva más de cincuenta años cerrado», señaló. «Lo más seguro es que se puso a bajar a su casa por un atajo que ella conocía, se desorientó y se desvió por el bosque, tropezó con un tronco que la hizo caer y se quedó allí el lunes, se conoce que el martes avanzó unos metros arrastrándose», añadió.