La acusada de matar a su novio «por celos» en Lugones se enfrenta a 25 años

Ana María G. H., acusada de asesinar a su novio asestándole 35 puñaladas, en Lugones, se sentará en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Oviedo a finales del mes de noviembre. El juicio se celebrará con jurado popular entre el 30 de noviembre y el 2 de diciembre. El Ministerio Fiscal le pide 25 años de prisión y 10 más de libertad vigilada por un delito de asesinato, tal y como ya informó este diario.

La acusada mantuvo una relación de pareja con la víctima, Miguel Ángel Suárez Menéndez, más conocido como 'Míchel', durante aproximadamente un año, y convivían de forma esporádica en el domicilio de los padres de ella, en la localidad sierense. El Ministerio Público sostiene en su escrito que, entre las ocho de la tarde y las once de la noche del día 16 de julio de 2018, mantuvieron una fuerte discusión con su pareja «por celos» ya que intuía que la iba abandonar para irse con su anterior pareja.

A medianoche se fueron a la habitación a dormir y, una vez en el dormitorio, la acusada «fue a la cocina y cogió un cuchillo con una hoja de entre seis y diez centímetros y regresó sigilosamente al dormitorio», donde 'Míchel' estaba durmiendo: «Le asestó de forma sorpresiva hasta treinta y cinco puñaladas, fundamentalmente en el cuello y en el abdomen, empleando para ello una fuerza física extraordinaria», siempre según el escrito de acusación pública.

Sucedió en la vivienda de los padres de la joven, en la lugonense calle Río Sella. La víctima falleció alrededor de la medianoche, según una de las conclusiones de la autopsia practicada al cadáver en el Instituto de Medicina Legal de Oviedo. En virtud de lo que apunta el informe, el dato de la hora de la muerte desvelaría que la víctima murió prácticamente tres horas antes de que los servicios de emergencias recibieran la primera llamada de auxilio.

La sala del 112 Asturias registró una llamada a las tres menos diez de la madrugada alertando de un suicidio. Cuando llegaron los primeros técnicos de emergencias pudieron comprobar el estado del cadáver y las lesiones de arma blanca. A continuación, los agentes procedieron a detener a la pareja de la víctima.

Durante la instrucción de sumario, un informe forense certificó que Ana María G. H. tiene «un retraso mental leve» que, aunque puede disminuir su capacidad de raciocinio, «no es obstáculo para eximirla de su responsabilidad y para que ella sepa diferenciar qué es lo que está bien y lo que está mal», según desveló hace unos meses su abogado defensor, José Luis Álvarez Niño, quien discrepa de dicha conclusión. El letrado llegó incluso a solicitar una segunda exploración a su defendida, pero fue denegada por la juez al considerar que ese primer informe es suficiente.

«No era consciente de lo que hizo; sabía que había hecho algo malo, pero me preguntó si estaba muerto o no», apuntó el letrado hace un año en declaraciones a este diario.

La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato con la agravante de parentesco e interesa, además, que la acusada, que permanece en prisión preventiva, esté siempre localizable, que comunique cualquier cambio de domicilio o lugar de residencia y la prohibición de aproximarse y comunicarse con los tres hermanos del fallecido. En concepto de responsabilidad civil, el Ministerio Fiscal solicita que la acusada indemnice a cada uno de los hermanos con 26.000 euros.