La avenida de Viella contará con una amplia zona verde y un kilómetro de carril-bici

Reducir la contaminación, potenciar la movilidad sostenible y cohesionar una zona de Lugones fragmentada por un vial son los principales objetivos del proyecto de regeneración de la avenida de Viella, que aprobó ayer la junta municipal de gobierno y que tendrá un presupuesto de 2,65 millones de euros. La actuación se incluye en el proyecto integral 'El centro de Asturias' y es susceptible de recibir cofinanciación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) para la denominada Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (Edusi), siempre que cumpla los objetivos medioambientales que impulsan estas ayudas europeas.

De los 20.000 metros cuadrados de superficie total de la avenida, un 15,7% se transformará en zona verde, con la plantación de 150 árboles, setos vegetales y metros lineales de jardineras. Se suprimirán cien plazas de estacionamiento, que se «compensarán» con el aparcamiento en fase de ejecución y otro previsto en la zona con un total de 250 plazas, según comentó ayer el alcalde, Ángel García. Y se construirá un kilómetro de carril-bici con una anchura de 2,5 metros. La mayor parte del recorrido estará al mismo nivel de la acera, separado por un bordillo. «Lugones va a ser la segunda localidad asturiana con más metros de carril-bici después de Gijón», aseguró. En total, dispondrá de más de tres kilómetros.

De mobiliario se instalarán 42 bancos y 36 papeleras y se renovará el alumbrado público con 61 puntos de luz dobles y tecnología led, lo que permitirá ahorrar el consumo energético. Además, se prevé el soterramiento de la red eléctrica de baja tensión y de la red de comunicaciones, que discurre ahora por vía aérea. Y se renovarán las canalizaciones de saneamiento y agua.

En cuanto a la carretera, quedará una calzada de 937 metros de largo, en el tramo comprendido entre la Avenida de Oviedo, en pleno casco urbano de la localidad, y la conexión con la autovía A-66. Tendrá una anchura de seis metros con unas isletas en las intersecciones con las calles de Antonio Machado y Evaristo Valle.

Y se construirá una nueva glorieta en la avenida, en la confluencia de las calles Covadonga y Paulino Vicente, a la altura del acceso al Instituto Astures. Se proyectan un total de dieciocho pasos de peatones. El alcalde recordó ayer también las medidas previstas por el Ayuntamiento para limitar la velocidad por esa calle, entre ellas, la instalación de un radar móvil.

El proyecto fue encargado inicialmente a una ingeniería externa, aunque después la Oficina Técnica Municipal realizó la revisión e incluyó algunas modificaciones «para darle un toque más agradable, humano y atractivo», en palabras del mandatario.

La obra tiene un plazo de ejecución de ocho meses y, como avanzó anteayer el alcalde, se va a esperar para licitarla a que empiece a trabajar la empresa adjudicataria de la asistencia técnica del proyecto europeo. «Confiamos en que el año que viene pueda estar finalizado o muy avanzado», auguró. También subrayó que la aportación municipal para financiar la obra «está garantizada con carácter plurianual». El regidor considera que la transformación de esta vieja avenida de acceso a la localidad en un bulevar constituye «un atractivo para captar vecinos e ingresos».